USHUAIA.- En una rueda de prensa, el gobernador Gustavo Melella brindó detalles sobre una inversión clave para el futuro energético de Tierra del Fuego que se traduciría en la construcción de una nueva planta de generación en Ushuaia con una capacidad de 60 megavatios. Esta obra, financiada por capitales chinos y con una inversión que supera los 60 millones de dólares, se presenta como la solución definitiva a los problemas de abastecimiento de energía para los próximos 25 o 30 años.
Melella señaló que esta inversión se concretó tras resolver un conflicto legal con las empresas chinas, evitando un juicio millonario. Además, destacó que la obra, que comenzaría a ejecutarse en los próximos meses y estaría lista en dos años, es una de las pocas inversiones concretas que se están dando en la Argentina, y que la empresa estatal Terra Ignis actúa como intermediaria, lo que, según él, asegura que “la ganancia quede para el Estado provincial, para la salud, la seguridad, la educación y la vivienda”.
Un presente de apagones y falta de transparencia
A pesar del optimismo del gobernador, el anuncio dejó sin respuesta una de las mayores preocupaciones de los fueguinos que son los sistemáticos cortes de energía que afectan a las ciudades de Ushuaia y Tolhuin. Estos apagones, que generan incontables inconvenientes y pérdidas económicas millonarias, no fueron abordados en la conferencia. La ciudadanía se enfrenta a una promesa a largo plazo mientras sufre las consecuencias de una infraestructura obsoleta en el día a día.
Terra Ignis genera dudas
La situación se vuelve aún más compleja al considerar la participación de Terra Ignis. La empresa estatal, que sistemáticamente se ha negado a rendir cuentas sobre los millones de pesos que ha recibido, enfrenta críticas por su falta de transparencia. Vale recordar que hace pocos meses, la síndica titular de la empresa, la Dra. Ana Constanza Carro, había pedido una rendición de cuentas que, a la fecha, no ha sido recibida, y los pedidos de informes de los legisladores tampoco han sido contestados.
Ante estas críticas, Melella las desestimó argumentando que “acá todo se critica, estamos acostumbrados a criticar todo”.
El plan a largo plazo
El gobernador detalló que la nueva planta se construirá en un terreno al ingreso de Ushuaia, no en la planta actual, y que la inversión de la empresa china será devuelta a través de una parte de la factura de luz de los vecinos una vez que la planta esté en funcionamiento. La obra utilizará tecnología unificada para evitar los problemas de compatibilidad que habían surgido en el pasado. Se espera que los equipos comiencen a llegar en los próximos 60 a 90 días, y que la obra de construcción tome siete meses para la puesta en marcha de la planta a gas y 12 meses para su finalización total.
Además de la nueva planta de 60 megas, la planta actual será reparada para funcionar como “reserva fría” de 40 megas, lo que aseguraría a Ushuaia un crecimiento energético sin limitaciones. Con respecto a la provisión de gas, Melella aseguró que las inversiones en curso en San Sebastián y Río Grande garantizarán el suministro necesario para el funcionamiento de la nueva planta.
A pesar del ambicioso plan a largo plazo, el escepticismo persiste, especialmente ante la falta de explicaciones sobre cómo se resolverá la actual crisis energética y las reiteradas acusaciones de opacidad en torno a Terra Ignis. El anuncio, aunque prometedor para el futuro, no ha logrado apaciguar la frustración de una población que vive hoy los efectos de un sistema obsoleto.