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Domingo 21 de diciembre de 2025

La necesidad de un mercado de ciberseguridad más sólido en Argentina crece junto con el consumo digital

En la era de internet, todo evoluciona a un ritmo vertiginoso. Hoy puedes hacer casi todo desde la computadora o desde el celular: estudiar, trabajar, las compras del supermercado, mirar películas, escuchar música, jugar, o apostar.

Ahora, vale la pena preguntarse si la seguridad digital también avanza al mismo ritmo. Todos los días se conocen noticias de ciberataques a todo tipo de plataformas, entonces, ¿qué tan seguros están tus datos cuando los ingresas en una tienda o un sitio de entretenimiento?

La mayoría de esos lugares, incluyendo las aplicaciones móviles, generalmente tienen buenos sistemas de protección para los datos de los usuarios, pero no siempre es así, y la evidencia está en la información que logran robar los hackers y que luego sale en los noticieros.

Cuando entras en un casino, por ejemplo, es muy importante que sepas en dónde estás jugando y qué sistemas de seguridad ofrece. En este caso, cuando estás buscando juegos de casino que puedan gustarte, navegar por plataformas confiables como AskGamblers será la opción más segura, porque es bien conocida y tiene buena reputación.

Pero incluso con esa ayuda, no alcanza si el ecosistema digital del país no acompaña con medidas firmes de protección.

Lo digital puede ser más vulnerable

Cada vez que haces una compra online, abres una app para pagar con código QR o inicias sesión en alguna plataforma, estás entregando datos. Y si bien eso parece algo común (porque lo es), también significa que tu información está dando vueltas por servidores que no siempre sabes dónde están ni cómo se protegen.

Lo preocupante es que muchas veces uno ni se entera que algo pasó. Un acceso no autorizado, un virus que se cuela en el celular o un sitio que parecía confiable pero no lo era, y listo, tus datos bancarios, tu dirección o tu número de documento pueden terminar en manos equivocadas.

El problema no es usar lo digital, el problema es no tener un sistema que acompañe ese uso con medidas fuertes y actualizadas. Porque si todo se vuelve digital, pero no se refuerza la seguridad al mismo tiempo, las brechas se multiplican.

El usuario promedio no lo sabe todo

No todos tienen conocimientos técnicos ni saben cómo protegerse frente a un ataque, y eso es completamente entendible. Uno descarga una aplicación para hacer transferencias o jugar unos minutos al póker, acepta los permisos sin leer demasiado, y todo puede suceder.

Pero detrás de esa comodidad hay riesgos, y muchas veces los usuarios ni siquiera saben qué mirar. ¿El sitio tiene certificado SSL? ¿A dónde van los datos? ¿Está actualizado? Son preguntas que no se hacen, porque no hay tiempo o simplemente por desconocimiento.

Por eso es tan importante que los desarrolladores y empresas tomen la responsabilidad de crear entornos seguros. No se puede esperar que cada persona tenga conocimientos avanzados de ciberseguridad. Lo que se necesita es que el sistema esté armado de forma tal que no haga falta ser experto para estar protegido.

Más empresas digitales, mayores desafíos

En Argentina, cada año aparecen nuevas startups, wallets, plataformas de pagos, tiendas online y servicios 100% digitales. Y eso es buenísimo. Pero muchas de esas empresas nacen con equipos reducidos, tiempos ajustados y presupuestos limitados, y entonces la seguridad no siempre es la prioridad.

Muchas veces el foco está puesto en lanzar rápido, captar usuarios, hacer crecer el negocio. La seguridad queda para más adelante. Pero cuando ese “más adelante” llega con un problema (una filtración de datos o un ataque), puede ser muy tarde.

Si el país quiere un ecosistema digital fuerte, tiene que ofrecer herramientas para que las empresas, incluso las más chicas, puedan construir desde el principio plataformas seguras. Y eso incluye formación, soporte, inversión y regulaciones claras.

La educación digital no puede esperar más

Saber usar la tecnología no es lo mismo que saber usarla bien, y en ese punto hay una gran diferencia. Abrir una cuenta en una app de pagos no significa que se entienda cómo cuidar esa cuenta, ni cómo identificar un intento de phishing o por qué no es buena idea repetir contraseñas.

En las escuelas, en las universidades, en los medios, todos los espacios que informan deberían incluir educación digital básica. Qué hacer y qué no hacer. Qué señales hay que mirar. Cómo se protege una cuenta. Cómo se detectan fraudes.

Y no solo para los jóvenes, también para adultos mayores, para trabajadores de oficinas, para emprendedores. Porque nadie está fuera del radar cuando se trata de seguridad digital. Todos estamos conectados de alguna manera, entonces todos deberíamos tener acceso a herramientas que nos permitan cuidarnos.

Una oportunidad para innovar desde lo local

Argentina tiene talento, de eso no hay duda. Hay miles de personas que trabajan para empresas de todo el mundo en áreas como programación, análisis de datos y ciberseguridad. Entonces, ¿por qué no potenciar ese conocimiento para mejorar el mercado interno?

Fomentar el desarrollo de soluciones de seguridad desde el país, centrándose en las necesidades locales, podría ser una gran forma de reducir riesgos y al mismo tiempo generar oportunidades. Crear software nacional, ofrecer servicios de auditoría, diseñar sistemas que se adapten al contexto argentino: todo eso es posible.

Además, al apostar por herramientas propias, también se mejora la independencia tecnológica. No todo tiene que venir de afuera. Con inversión y apoyo, el país podría convertirse en referente en temas de seguridad digital en la región.

El futuro digital necesita cimientos más firmes

La transformación digital llegó para quedarse, pero si no se trabaja en un sistema de protección serio, robusto y accesible para todos, los problemas van a seguir creciendo.

Cada vez se hacen más cosas desde el celular o la computadora, pero la sensación de seguridad no siempre acompaña, y eso, a largo plazo, afecta la confianza. Si la gente no se siente segura, no usa los servicios, y si no usa los servicios, el crecimiento se frena.

Por eso, este es el momento ideal para fortalecer los cimientos. Revisar las leyes, mejorar las prácticas, invertir en tecnología, capacitar a los usuarios. No hay una solución mágica, pero sí muchas cosas que pueden hacerse en paralelo para que el futuro digital argentino sea no solo más grande, sino también más seguro.