USHUAIA.- El misterio de la desaparición de Dennis “Tink” Bell, un explorador británico de 25 años, ha llegado a su fin después de más de 66 años. Un equipo de la Estación Antártica Polaca Henryk Arctowski encontró sus restos en el Glaciar Ecology, un hallazgo que subraya los efectos del cambio climático en los glaciares antárticos. El descubrimiento se produjo en la isla 25 de mayo, donde Bell trabajaba como meteorólogo para la Investigación Antártica Británica (BAS).

El accidente que cobró la vida de Bell ocurrió en 1959, cuando se adelantó sin sus esquís y cayó en una grieta profunda. El rescate de su colega falló cuando la cuerda atada a su cinturón se rompió, provocando una segunda caída fatal. A pesar de los intentos de comunicación, Bell no respondió, y su cuerpo quedó atrapado en el hielo.
Junto a los restos, los investigadores recuperaron más de 200 objetos personales que permitieron a su familia reconstruir detalles de su vida y trabajo en la base. Entre ellos se encontraron un reloj de pulsera con inscripciones, una linterna, un cuchillo sueco y bastones de esquí de bambú.

La identidad de Bell fue confirmada por el King’s College de Londres mediante pruebas de ADN, que compararon los restos con muestras de sus hermanos. David Bell, de 86 años, expresó su asombro ante el hallazgo, algo que ya había dejado de esperar. La directora de la BAS, Dame Jane Francis, destacó que este descubrimiento es un recordatorio de los valientes pioneros de la ciencia polar. Este caso demuestra cómo el cambio climático, al derretir el hielo, también puede desenterrar historias humanas y material histórico que yacía oculto en el continente blanco.