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Sábado 15 de noviembre de 2025

El puerto de Ushuaia, al límite

La terminal marítima fueguina enfrenta un escenario de "riesgo inminente" debido a las graves falencias estructurales y de seguridad que motivaron una auditoría nacional. El sector privado, a través de la Cámara de Turismo, denunció la "desidia estatal" y el fuerte impacto en los costos logísticos por una suba sorpresiva de tarifas portuarias.

USHUAIA.- La Dirección Provincial de Puertos (DPP) quedó en el foco de la polémica tras las declaraciones del presidente de la Cámara de Turismo, Patricio Cornejo, quien expuso el “riesgo operativo inminente” que soporta la terminal marítima de Ushuaia. Esta advertencia se produce en un contexto donde el Ejecutivo Nacional inició auditorías sobre las serias falencias estructurales y de seguridad que presenta el muelle, ante el latente temor de un cese de operaciones en el único puerto provincial.

El empresario fue lapidario al describir las consecuencias de una potencial clausura del predio. “Si a ese puerto le ponen una cadena y lo clausuran, desaparece el destino. Es lo peor que nos puede pasar”, afirmó Cornejo en el programa “El Cronista Urbano” de Radio Provincia. Subrayó que la paralización de la actividad portuaria tendría un efecto devastador y dual, ya que el problema trasciende al turismo. “Nos quedamos sin contenedores”, interrumpiendo el flujo de abastecimiento esencial para la provincia.

Ante esta coyuntura crítica, Cornejo exigió que se encaren “rápidamente las cosas básicas” para restaurar las condiciones mínimas de funcionamiento. El objetivo primordial es garantizar la seguridad del personal, la correcta operatividad de las embarcaciones y la calidad de la experiencia para los pasajeros que disfrutan de la ciudad o se dirigen a la Antártida. No obstante, el dirigente reconoció la dificultad de una solución mágica a corto plazo. “Está claro que de hoy para la semana que viene no vamos a tener el puerto impecable”.

El titular de la Cámara fustigó la “desidia estatal” respecto a esta “infraestructura crítica”. Cuestionó con sarcasmo la condición de la provincia como “puerta de entrada a la Antártida”, alegando que “la puerta tiene la cerradura que no traba y las bisagras que hacen ruido, cuando menos”. A pesar de que el Puerto es definido por Cornejo como un “ente autárquico y recaudador que recauda bien”, demandó que “necesita urgentemente cambiar sus condiciones de operatividad”, lo cual requiere que la gestión provincial “ponga la puntería y al fin de cuentas la plata” para concretar las mejoras necesarias.

A la problemática de mantenimiento se suma un fuerte reclamo por la política tarifaria. Según el sector privado, previo a que se conocieran los detalles de la auditoría, la DPP dispuso un “incremento abrupto” de sus aranceles. La tarifa de ingreso para un vehículo de pasajeros (es decir, turistas que generan consumo y ocupación hotelera) pasó de abonar entre 5 y 7 dólares (al tipo de cambio oficial) a un rango de 20 a 22 USD, impactando directamente en los costos operativos de los servicios de cruceros y catamaranes.

Finalmente, Cornejo desestimó el proyecto de una gran terminal de cruceros y catamaranes anunciado en su momento, calificándolo como “no una opción” y “no necesario en el corto plazo”. El empresario argumentó que cualquier expansión debe supeditarse a priorizar “otras condiciones que tienen que ver con lo técnico, con la seguridad y con la operatividad”. Las gestiones de la DPP son consideradas vitales, ya que la terminal de Ushuaia “es el único puerto de la provincia”.