BUENOS AIRES.- El fútbol argentino está de duelo. A los 69 años, falleció Miguel Ángel Russo, el director técnico de Boca Juniors. El multicampeón DT, que había vuelto a ponerse el buzo Xeneize a mediados de este año, venía peleando contra un cuadro de salud delicado que en las últimas semanas se había agravado, obligando a una internación domiciliaria donde finalmente perdió la vida. El lunes por la noche, el club de La Ribera había informado que su DT se encontraba con “pronóstico reservado”.
Russo había estado por última vez en el banco de suplentes el domingo 21 de septiembre en la Bombonera, durante el empate 2-2 ante Central Córdoba por el Torneo Clausura. Horas después, tuvo que ser internado, y aunque salió rápido, volvió a quedar bajo cuidados médicos por 72 horas. Desde ese momento, su delicado estado le impidió volver a entrenar al plantel.
La dura pelea desde 2017: Un ejemplo de entereza
El punto de inflexión en la vida del Flaco se dio en 2017 con el diagnóstico de cáncer de vejiga y la detección de un tumor en la próstata. Pese a las complicaciones, que incluyeron una bacteria resistente a antibióticos que contrajo en Colombia, Russo nunca se rindió. Mientras dirigía al club Millonarios, demostró su garra al llevar al equipo a la conquista del Torneo Finalización 2017 y la Superliga 2018. Para él, el fútbol siempre fue “su vida”.
Su regreso a Boca en esta última etapa, la tercera al mando, también estuvo marcado por los problemas de salud. A principios de septiembre, tuvo una internación de tres días por una infección urinaria y baja de defensas, que requirió medicación endovenosa. Poco antes, se lo había visto debilitado durante el partido contra Aldosivi en Mar del Plata.
Un DT que no le “sacó el traste a la jeringa”
En varias ocasiones, Russo se mostró molesto con la sobreexposición de su estado, afirmando que “hubo muchos que dijeron muchas tonterías”. Siempre dejó en claro que si estaba trabajando era porque se sentía bien y tenía el aval de su familia. En 2024, en una entrevista, recordó que le hizo frente al tratamiento con entereza: “No le tuve miedo a la muerte y nunca pensé en eso”. Destacó el respeto que recibió en Colombia, contrastándolo con lo que a veces pasaba en Argentina.
A pesar de los obstáculos, Miguelo nunca paró. Tras su paso por Colombia, tuvo ciclos breves en Perú y Paraguay. Su segundo y exitoso ciclo en Boca comenzó a fines de 2019 de la mano de Juan Román Riquelme, con quien consiguió la Superliga 19/20 y la Copa Maradona, cerrando esa etapa en agosto de 2021.
La última etapa en el Xeneize y el legado
Luego de dirigir en Arabia Saudita, y de tener un exitoso quinto ciclo en Rosario Central (su otra casa) hasta 2024, y un breve paso por San Lorenzo en 2025, Russo volvió al Xeneize para su último desafío, que arrancó en el Mundial de Clubes.
Las complicaciones de salud se hicieron más notorias a finales de agosto. Su ayudante, Claudio Úbeda, fue quien se hizo cargo del equipo en los últimos partidos. Tras la goleada 5-0 ante Newell’s, Úbeda le dedicó el triunfo al DT: “Toda la semana, todo el cuerpo técnico estamos en permanente contacto con Miguel, estuvimos en su casa y está al tanto de todo lo que venimos haciendo”.
La trayectoria de Russo es monumental: más de 1.000 partidos dirigidos y 12 títulos, incluyendo la recordada Copa Libertadores 2007 con Boca. Como jugador, fue una bandera de Estudiantes de La Plata, club con el que ganó dos títulos. Miguel Ángel Russo se va, pero su marca indeleble como jugador y técnico ya es historia grande del fútbol.