USHUAIA.- El 140° aniversario de Ushuaia, celebrado el 12 de octubre, estuvo marcado por la escasa concurrencia de la comunidad al tradicional desfile y otras actividades protocolares. Diversos medios locales destacaron la merma en la participación popular, en comparación con años anteriores, en un evento que históricamente ha sido símbolo de identidad y unión para los fueguinos.
En redes sociales, muchos usuarios señalaron que el descontento con la administración provincial, liderada por el gobernador Gustavo Melella, y el rechazo hacia la figura del intendente de Ushuaia, Walter Vuoto, influyeron en la baja asistencia a los festejos. El malestar social parece haber impactado negativamente en actividades tradicionales como el almuerzo, el desfile y otros actos conmemorativos, que solían congregar a gran parte de la comunidad.
Otro aspecto que acentuó la tensión en el ambiente fue el despliegue de seguridad en el palco oficial. La zona estuvo cercada y fuertemente custodiada por personal policial, tanto uniformado como de civil, para prevenir posibles agravios hacia las autoridades presentes. Esta medida, inusual en eventos de esta naturaleza, evidenció la desconexión entre el gobierno y la ciudadanía, y añadió un elemento de distanciamiento en una jornada que debería haber sido de celebración y encuentro.
El bajo acompañamiento y el clima tenso de los festejos reflejan la necesidad de un acercamiento entre los representantes políticos y la sociedad fueguina, en un contexto en el que los eventos históricos y tradicionales pueden servir para fortalecer la identidad local y sanar divisiones.
