TOLHUIN.- En una comunicación con este medio, quien aparece como responsable de la empresa “3DF”, Matías Urrijola, y que fue conocido como, “el arrepentido”, dentro del escándalo que envuelve al Corazón de la Isla, manifestó que es responsable de haber participado en el armado de una empresa con el objetivo de venderle productos con sobreprecios al Municipio de Tolhuin.
En este marco, una de las primeras declaraciones de Urrijola fue que en el presente, debió trasladarse a vivir a Ushuaia por cuestiones de seguridad. “Me rompieron el auto, me llamaban por teléfono para decirme que me iban a cagar a palos, y hasta me dijeron que me iban a cortar con una motosierra y que me iban a dejar tirado en pedacitos. Esta situación se tornó incómoda”.
El comienzo
Dijo que vivió en Tolhuin desde octubre de 2017 y que es Licenciado en Administración de Empresas. Se recibió en Venezuela donde vivió durante 22 años antes de volver a vivir a la Argentina.
“Estuve viviendo un tiempo en San Luis y me dedicaba a hacer de todo para sobrevivir”. Luego de pasar por algunas provincias, decidió radicarse en Tolhuin. “Hablé con mi hermana que en ese entonces era la delegada de la OSEF y fue quien me consiguió donde vivir y para darme de comer”.
Ya radicado en Tolhuin, comenzó a montar un lavadero de autos y también fue patovica del boliche “Me mata el limón”. En ese lugar, conocí a Leandro Rivero y me enteré que su papá tenía un aserradero. En un momento, le dije a Leandro que me hiciera “la pata” para que su papá me contrate en el aserradero. Mediante ese contacto, conseguí comenzar a trabajar en el aserradero el Litoral como encargado administrativo y quien me contrata fue Fabián Marchione que a su vez es el esposo de Luciana Rivero que es contadora y hoy es la Secretaria de Hacienda del Municipio de Tolhuin, aunque cuando la conocí, no era funcionaria.
De esa manera Urrijola trabajó con la familia Rivero y con Marchione en todo lo relacionado a trabajos y contrataciones relacionados con el aserradero.
El armado corrupto
Luego, ya con Daniel Harrington como intendente, Luciana Rivero asumió como secretaria de Hacienda en el Municipio de Tolhuin. “En ese momento, Marchione me propuso armar una nueva empresa (“3DF”) de venta de elementos de limpieza y yo accedí. Me iba a quedar con el 30% de las ganancias y ellos (Marchione y la familia Rivero) iban a aportar todo el dinero necesario para comenzar a trabajar, de hecho, las primeras compras de mercadería que yo tuve que entregarle al Municipio de Tolhuin, lo hice con cheques de Luciana Rivero”.
Así estuvimos trabajando con la empresa hasta que el periodista Telmo Benítez sacó a la luz facturaciones y ahí comenzamos a tener inconvenientes.
La propuesta
Un día me dijo Luciana que tenía que hacer unos presupuestos. “Forjalos para que podamos ordenar los expedientes”.
Según explicó Urrijola “forjar expedientes” implicaba, “que yo tenía que generar presupuestos para presentarlos en la modalidad de concurso de precios. Entonces tenía que generar presupuestos de otras empresas para que fueran más caros que los presupuestos por “3DF” y poder generar un beneficio con la orden de compra”.
Explicó que los presupuestos surgían de empresas que existían y que, “nosotros modificamos a través de instrumentos digitales de computadoras. Eso consta todo porque yo tengo los envíos de la cuenta de correo mías con los envíos hacia la cuenta de la contadora (Luciana Rivero)”.
Cabe señalar que Matías Urrijola contaba en su poder con presupuestos de algunas empresas del sector, por su relación como comerciante mayorista. Fueron esos mismos presupuestos los que él fraguaba y, a través de Luciana Rivero, se ingresaban en el Municipio para participar en la puja de precios. “Esas empresas nunca presentaban nada en el Municipio ya que eran solo empresas mayoristas que me vendían a mí”. El “arrepentido” dijo que esas empresas existen y figuran en la causa.
Según Urrijola, desde ese momento “comenzamos a tener diferencias y el 13 de enero decidí renunciar al aserradero y a los pocos días se presentó Fabián Marchione en mi casa y me dijo: “Escuchame, yo quiero que esté todo bien y no quiero quilombos. Te vamos a dar ciertos beneficios pero no abras la boca”. Matías contó que en primera instancia le dijo que no había problemas “pero después comenzó una persecución. Yo en ese momento vivía alquilando en una de las casas de Rivero y me pidieron que la desaloje y comenzó toda una maniobra intimidatoria y fue ahí cuando me rompieron el auto, y me perseguían por todos lados así que decidí hacer todo esto público”.
Matías Urrijola dijo que decidió apartarse de esta situación desde el mismo momento en que todo salió a la luz por la denuncia de Telmo Benítez.
Respecto del monto de los precios con los que facturaba, Urrijola indicó que era “Fabián Marchione quien indicaba los precios que debía ponerle a cada producto y todo era por orden de Luciana Rivero, “ellos idearon el esquema de facturación”.
La figura de Telmo Benítez
La denuncia por sobreprecios surgió por el trabajador de prensa de Tolhuin, Telmo Benítez quien sacó a la luz estas maniobras. “No sé cómo se enteró de todo esto Telmo Benítez”.
Confirmó que el conductor radial, ayudó en la campaña a Daniel Harrington. “Se usó la emisora de radio, propiedad de Telmo Benítez, como trampolín para exponerse”.
Urrijola recordó el episodio que se registró en octubre de 2020 en que Telmo Benítez fue golpeado por Ramón Rivero y su hijo Leandro Rivero, mientras se encontraba al aire en su emisora de radio. Esta situación se generó porque el comunicador venía denunciado, en su programa, supuestos hechos de corrupción que involucraban a la familia Rivero con el Municipio de Tolhuin. “Ese hecho está relacionado total y directamente con este caso”, aseguró “el arrepentido”.
“No me gustó cuando salió a la luz”
Matías Urrijola es uno de los protagonistas de esta historia y se lo conoce como “el arrepentido”, sin embargo aseguró que “cuando todo esto salió a la luz, ya no me gustó”. Además, dijo que, si nada se hubiese conocido, es posible que sí hubiese continuado con las maniobras fraudulentas. “Para ser sincero, es posible que las hubiese continuado”.
Entendió que “siempre debe haber un catalizador que te lleve al arrepentimiento y ese fue mi catalizador. Esta es una mochila que quiero descargar y poder dar vuelta la página”.
Finalmente Matías Urrijola dijo que está a disposición para que sea la Justicia la que determine cuál es el grado de responsabilidad que tiene cada uno de los involucrados.
“Soy culpable de creer y de confiar en la familia Rivero”.
