Barcelona.- Según informa Diario Sport, la decisión se da tras la celebración de la reunión de urgencia que convocó Bartomeu para debatir la situación sobre el referéndum de la moción de censura. Ante la negativa de la Generalitat de Catalunya de postergar la consulta establecida para el 1° y el 2 de noviembre por el avance de la pandemia de coronavirus, y antes que convocar de manera oficialmente al voto que ya parecía imposible evitar, el presidente le propuso a sus directivos presentar la dimisión este martes y la propuesta fue aprobada sin discusión.
De esta manera, se cierra un ciclo que comenzó en 2014 tras la renuncia de Sandro Rosell en enero (asumió al ser vicepresidente deportivo) y que tuvo su mayor éxito en 2015 con el triplete (Champions League, Liga de España y Copa del Rey). Aquel año fue ratificado en las elecciones en las que se impuso con 25.823 votos, el 54,63%, y alcanzó la presidencia como indicaban las encuestas, tras superar al ex mandamás Joan Laporta (33,03% con 15.615 votos).
En este período de cinco años ha habido más conflictos que triunfos, con diversos episodios que detonaron su salida: los delitos fiscales en los que quedó implicado por el pase de Neymar; el "Barçagate" con la presunta campaña de difamación y protección a través de la redes sociales con una empresa contratada por el club; la marcada crisis económica que atraviesa la institución; los problemas a la hora de confeccionar la plantilla; los fracasos deportivos en continuado (potenciados con la reciente caída 8-2 frente a Bayern Munich en la Champions) y el escándalo en agosto pasado por la fallida salida de Lionel Messi.
Ahora, se deberá poner en acción el artículo 35.4 de los estatutos del club, donde se refleja que "si la dimisión, la renuncia o el cese de los miembros de la Junta Directiva se produce de manera simultánea y generalizada, se tiene que constituir una Comisión Gestora que sustituya a la Junta Directiva".
La Comisión Gestora, que será encabezada por el empresario y economista Carles Tusquets, quien lidera la Comisión Económica del club, deberá ejercer las funciones de gobierno, administración y representación de la directiva, pero limitadas a los actos necesarios e imprescindibles. Además, tiene que convocar a elecciones en menos de tres meses, por lo que la votación se adelantará a la fecha prevista (20 y 21 de marzo).
El escándalo con Messi, el gran detonante
"No hay motivos para dimitir", dijo Bartomeu el lunes, rechazando la posibilidad de abandonar su puesto, tras una reunión de la junta directiva, mientras una parte de los aficionados, jugadores y miembros del club apuntan desde hace tiempo hacia su figura. "Hay mucha responsabilidad, creo que sería un pésimo momento para abandonar el Barça a una gestora", insistió el dirigente catalán. Pero sus palabras duraron tan solo un día.
Encallado en una crisis sin fin desde enero pasado, Barcelona afronta un período de reconstrucción que todavía no logró su rumbo y que ahora tendrá un nuevo punto de partida con la salida del presidente. La derrota por 3-1 con Real Madrid en el clásico fue el punto final, pero el episodio del amago de salida de Messi fue el gran detonante.
Durante el conflicto con Leo, a finales de agosto, algunos opositores (entre ellos candidatos a las elecciones previstas para el 20 de marzo de 2021) lograron reunir las más de 16.521 firmas de socios necesarias para activar el voto de censura. Con la idea de evitarlo, este lunes Bartomeu insistió en aplazar ese referéndum (inicialmente previsto para el 1 y 2 de noviembre, como marcan los estatutos de club) al 15 y 16 de noviembre para poder organizar el voto en mejores condiciones sanitarias ante la pandemia.
Al no poder conseguir el apoyo del gobierno catalán para suspender o aplazar la votación, a pesar de que España atraviesa la segunda ola del coronavirus, el presidente decidió dimitir. Y es que la pandemia también jugó su rol fundamental: potenció la crisis institucional al agravar las dificultades económicas del club azulgrana.
El lunes, la junta directiva aprobó el presupuesto provisional 2020-2021, revisándolo a la baja, tras registrar en la temporada anterior más de 200 millones de euros (236 millones de dólares) menos de lo previsto. Otro cachetazo para una institución muy endeudada (cerca de 200 millones de euros desde 2019), que ha pedido a sus jugadores negociar una adecuación de sus salarios y deshacerse de algunas grandes nóminas (Arthur, Rakitic, Vidal y Suárez, entre otros).
En medio de la tormenta, Bartomeu fue muy criticado por la gestión del amago de salida de Messi, quien se quedó finalmente en el club para evitar un litigio judicial y no ha empezado la temporada en su mejor forma. "No puede ser tan evidente que las dos partes estén tan distanciadas", disparó el central Gerard Piqué, afirmando que "Leo se había ganado sobradamente tomar una decisión y si él consideraba que debía irse... yo como presidente (del club) hubiese actuado diferente".
A pesar de estas aguas revueltas, Barcelona ha intentado iniciar su reconstrucción en septiembre con la llegada de Ronald Koeman, el entrenador elegido por Bartomeu. Pero la derrota en el clásico y el difícil inicio de temporada de Messi y algunos pesos pesados escondieron en parte el buen trabajo emprendido por el técnico holandés para impulsar a los jóvenes (Ansu Fati, Pedri y Trincao) en perjuicio de algunas estrellas (Griezmann y Dembélé). Ahora, ya son situaciones que forman del pasado de Bartomeu, quien abandonó Barcelona tras seis años y envuelto en una serie de polémicas interminables que prometen seguir teniendo coletazos en el club.