Río de Janeiro.- Palmeiras se consagró campeón de la Copa Libertadores por segunda vez en su historia luego de derrotar en la final al Santos con un tremendo cabezazo de Breno Lopes cuando ya se estaba por terminar el tiempo adicionado por Patricio Loustau y el reloj marcaba los 99 minutos del partido. El Verdao, que tan mal la había pasado con River en la semifinal, se convirtió en el mejor equipo de Sudamérica en una competición atravesada por la pandemia del coronavirus.
En una final deslucida, en la que reinaron la patadas y faltaron la situaciones de peligro, la aparición de Breno sobre los últimos segundos, volante que ingresó en el segundo tiempo por el juvenil Gabriel Menino, le puso emoción a un encuentro tedioso y poco emocionante, que iba camino al alargue. Sin embargo, nada está definido hasta el silbatazo final. Y así fue. Porque después del show y la expulsión de Cuca, llegó el centro dirigido de Rony y el testazo por encima del arquero que, además, le aseguró al Palmeiras el pasaje para disputar el Mundial de Clubes.
Una sola derrota sufrió el equipo del portugués Abel Ferreira en su camino al título de la Copa: sólo cayó con el River de Gallardo en el partido de vuelta de la semi. Después se consolidó con firmeza en la fase de grupos con Tigre, Bolívar y Guaraní, y eliminó a Delfín en octavos, a Libertad en cuartos y a los de Núñez en la semifinal. Salvo en la derrota, después estuvo siempre sólido, incluso, en la final ante el Peixe, que se quedó con las ganas de ser el primer brasileño en lograr el primer tetracampeón brasileño de Libertadores (ya la habían conseguido con Pelé -1962 y 1963- y Neymar -2011-).
De la mano del portugués Abel Ferreira, el Palmeiras consiguió un refresco de gloria porque venía sediento de este título después de 22 años de haber ganado su primer campeonato continental. Y encima Ferreira se convirtió en el segundo deté portugués que gana el trofeo de forma consecutiva tras Jorge Jesus, que la obtuvo en 2019 siendo entrenador del Flamengo.