El equipo de Gallardo arrancó ganando con un tanto generado en una jugada de contragolpe a los 12 minutos a través de una definición de Rafal Santos Borré.
Lejos de especular y manejar el partido, la estrategia del Millonario fue seguir jugando igual, sin tener en cuenta que los brasileños iban a ganar el protagonismo por necesidad, más temprano que tarde. Esto fue lo que ocurrió en los primeros minutos del segundo tiempo, cuando aún con el desgaste físico y psicológico Flamengo se apoyó en la habilidad de sus individualidades para dar vuelta el partido.
River, que controló el resultado hasta el tramo final, subestimó la definición y cometió dos errores en los últimos minutos: el primero fue no haber cambiado el sistema táctico, seguir marcando con cuatro, cuando tuvo la posibilidad de meter un defensor más para cuidar el resultado y entrar en la historia.
Flamengo, con un gol a los 45 minutos del segundo tiempo y otro en tiempo de descuento, se terminó consagrando como el nuevo campeón de américa.