Se juega más que el pase a una nueva final. Se juega el orgullo de volver a ser Nº1 del mundo. Este sábado, Roger Federer enfrenta a Nick Kyrgios en la segunda semifinal del ATP 250 de Stuttgart, con la mira puesta en ganarle para poder desplazar el próximo lunes a Rafael Nadal de la cima del ranking.
En el torneo alemán, que marcó su regreso oficial al circuito ATP tras más de dos meses, Federer venció en tres sets al local Mischa Zverev y en dos al argentino Guido Pella. Ya con más tiempo en cancha, el suizo va por otro triunfo, que lo depositará nada menos que en el trono de la clasificación mundial, donde tiene el récord de 309 semanas.
Federer, a menos de dos meses de cumplir 37 años, tiene un exigente compromiso frente a Kyrgios. El australiano se impuso en el inicio de Madrid 2015, en arcilla, y el helvético lo hizo en semifinal de Miami 2017, sobre cemento, con la particularidad de que ambos duelos fueron muy parejos y cada uno ganó en tres tiebreaks.
Por tratarse de césped, bien puede repetirse la historia y ser un choque resuelto en muertes súbitas. Federer debe estar atento con la devolución, ya que el joven australiano ya conectó 40 aces esta semana. El suizo, si gana, logra los puntos suficientes para pasar el lunes a Nadal en el ranking, pero si pierde quedará a escasas unidades del español.
La próxima semana, Federer irá a tratar de retener el título del ATP 500 de Halle, antesala de Wimbledon, el tercer Grand Slam de 2018, torneo que también obtuvo en la pasada temporada.
En primer turno, el canadiense Milos Raonic se cruza con el francés Lucas Pouille, segundo favorito y defensor de la corona en Stuttgart. El año pasado, el galo venció en la final al español Feliciano López, quien el viernes cedió ante Kyrgios. Sin dudas, será otro gran cruce en suelo alemán.