Buenos Aires.- Se acostumbró a ganar Boca. Lo hizo en la recta final de la Superliga que le arrebató a River, lo extendió en la fase de grupos de la Copa Libertadores y lo repite en el inicio de la nueva Liga Profesional. Fue un trabajoso y valioso triunfo 2-1 en la cancha de Lanús con goles de Carlos Tevez y Ramón Ábila. José Sand había marcado el empate transitorio.
Arrancó mejor el campeón, plantado en campo contrario y con la autoridad para llevar las riendas en terreno ajeno. Con Edwin Cardona activo, partiendo desde la izquierda pero ganando su perfil hacia el medio para quedar de frente al arco. Y con Tevez en el lugar de la cancha que más le gusta, detrás de un centrodelantero clásico como Ramón Ábila.
Fue una combinación entre los dos amigos la que generó la primer acción de riesgo. A los 4 minutos, el capitán xeneize metió un gran pase entrelíneas para dejar a Wanchope mano a mano con Lautaro Morales. El cordobés gambeteó al arquero, definió con ángulo cerrado y la pelota dio en el palo.
El trámite mostraba un escenario propicio para el equipo de Miguel Angel Russo porque Lanús no presiona arriba con sus defensores y sus líneas quedan demasiado estiradas. Fue Campuzano el dueño del mediocampo y desde los pies del colombiano la salida rápida hacia adelante. Allí Boca tiene su principal potencial con Salvio, Cardona, Tevez y Ábila.
El gol de Carlitos, bien de goleador tras un córner desde la izquierda de Cardona que bajó Izquierdoz, traducía en el resultado ese dominio en el juego. Pero Lanús más allá de sus falencias y defensivas tiene a Sand.
Y Sand se mueve como pocos en el área. Tal como había ocurrido por Copa Sudamericana ante San Pablo, el correntino está donde cae la pelota, esta vez tras la peinada perfecta de Pepo De la Vega. Y a cobrar. Con la mano, con el pecho o con lo que sea, la empujó el goleador de 40 años y metió el 1-1.
Desde ahí el partido se equilibró. Campuzano ya no estuvo tan preciso y los pibes de Lanús se empezaron a soltar. A pura dinámica, Bernabei, Vera, Facundo Pérez tocan y llegan por sorpresa.
Lo tuvo Pérez tras una asistencia fenomenal de Sand, que salió del ruido, se vistió de enganche y lo puso cara a cara con Rossi que achicó bien el arco y logró tapar el toque al gol del volante granate.
Para el complemento Lanús ajustó las marcas y Boca ya no contó con el espacio que había tenido para jugar en el primer tramo del encuentro. Se hizo más friccionado, hubo muchos más cortes y parejitas armadas en toda la cancha. En ese juego, los pibes de Lanús se sentían más cómodos que los hombres de Boca.
En ese escenario complejo llegó el gol de Wanchope. Parte de la jerarquía de los grandes equipos se resume en esa cualidad para poder desnivelar pese a un trámite bravo como el que se planteaba en el Sur.
Para Ábila, que empujó de cabeza el rebote de Morales tras un derechazo fuerte de Cardona, su primer gol en la temporada significa un envión de confianza en la lucha con Soldano por el puesto de centrodelantero
Zubeldía movió el banco y cambió el mapa rumbo al arco de Rossi. Con los ingresos de Quignón y Belluschi en el medio intentó tener más la pelota y con el de Orsini arriba, sumar a un grandote para acompañar a Sand y fijar a los centrales visitantes en el fondo.
Se diluían en tres cuartos los avances granates. Y solo con pelota parada lograba inquietar a un Boca aplomado que juntaba las líneas más cerca de Rossi y dejaba a Tevez y a Wanchope arriba para de aguantar la pelota y tratar de generar una contra. Sobre el final lo tuvo Capaldo abajo del arco tras un jugadón de Fabra y un buen toque de Maroni, pero el arquero Morales a puro reflejo tapó el tercero.
Cuando más debía atacar se quedó sin piernas el equipo de Luis Zubeldía que venía de un duro ida y vuelta ante San Pablo en el triunfo copero del miércoles. Y Boca se aferró a tres puntos valiosos para seguir con mentalidad ganadora.