Si eres de esa clase de padres que gusta conservar algunos recuerdos de la niñez de sus hijos, es posible que hayas guardado sus primeros dientes de leche. Pero más allá del simbolismo que pueda tener para cada uno, recientes descubrimientos afirman que estos dientes de leche podrían mucho tiempo después, salvar la vida de un adulto.
Investigadores del Centro Nacional de Biotecnología de Estados Unidos, comprobaron que las células madre de los dientes de leche se conservan mejor que la de los adultos y podrían entonces ser utilizadas con fines terapéuticos.
Las células madre son un campo de investigación muy prometedor porque se trata de “células primarias”, capaces de transformarse en cualquier otra célula especializada del cuerpo.
Durante un estudio clínico realizado en China, los dientes de leche fueron utilizados para regenerar dientes nuevos en adultos que no se habían desarrollado de manera correcta. Al cabo de un tiempo, los investigadores constataron que las células madre de los dientes de leche habían permitido que se renovaran los vasos sanguíneos y las conexiones nerviosas de la pulpa dentaria de los dientes de los adultos.
“Este tratamiento brinda nuevas esperanzas a los pacientes”, señaló Songtao Shi de la Universidad de Pennsylvania. “Si se las somete a una estimulación caliente o fría, los dientes pueden sentirlo, porque aún están vivos”, agregó.
“Hasta ahora, sólo habíamos hecho el seguimiento de esta investigación durante dos o tres años y hemos demostrado que se trata de un tratamiento seguro y eficaz”, declaró el científico en el diario Penn Today.
Las células preferidas de la investigación médica.
Las células madre se crean dentro del vientre materno a partir de la sexta semana de embarazo. Además de tener propiedades de autorrenovación, es decir que se multiplican para producir nuevas células madre, estas células son “especialistas” de la diferenciación. Esto significa que pueden, según el medio en el que evolucionan, transformarse en diferentes células.
Esta particularidad, hace que estas células sean muy apreciadas en la investigación médica, especialmente en el tratamiento de leucemias, enfermedades autoinmunes o de la regeneración de los tejidos.
Los investigadores tienen la esperanza de que estas células madre puedan ser utilizadas en un futuro para curar el Alzheimer, el mal de Parkinson, la degeneración macular ligada a la edad, la esclerosis en placas, la diabetes e incluso, las lesiones de la médula espinal. En el año 2011, se reportó que un equipo de investigadores americanos había logrado demostrar por primera vez, que las células madre permitían mejorar la performance del corazón o de las arterias obstruidas.
Reciclar los dientes de leche.
Encontramos las células madre en los embriones, los fetos, la sangre del cordón umbilical y diversos tejidos de los bebés recién nacidos, entre ellos, los dientes de leche.
Según la profesora Sara Rankin, bióloga del Imperial College de Londres, extraer células madre de dientes de leche sería una de las formas más simples y menos invasivas de reunirlas y detalló que “reciclar” los dientes de leche de un niño para conservar sus células madre, podría salvarle la vida en caso de leucemia.
Seguramente queda mucho por investigar, pero sería maravilloso que a través de la práctica tan simple como conservar los dientes de leche, podamos curar enfermedades que hasta ahora sólo tienen algún tratamiento y aún más, poder salvar una vida.