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NUTRICIÓN

Alimentos que conviene comer en los días de mucho calor

Especialistas recomiendan qué comidas incorporar y cuáles evitar en verano para mantenerse hidratado.

Alimentos que conviene comer en los días de mucho calor

Las altas temperaturas modifican el modo en que nuestro cuerpo procesa y digiere lo que comemos, y es por eso que cambiar algunos hábitos puede ayudar a sentirnos mucho mejor y disfrutar mucho más de las comidas y nuestras actividades.

“El verano se caracteriza por días largos, altas temperaturas y un impacto directo en nuestra salud y bienestar. Este cambio estacional afecta la digestión, la hidratación y muchas veces, el gasto energético, lo que nos invita a ajustar la alimentación y las actividades físicas para mantenernos saludables y enérgicos”, dice la nutricionista Lucía Varela, especializada en medicina Ayurveda. Por eso sostiene que es importante adaptar la dieta a las necesidades del cuerpo en el verano.

En esta temporada, aclara Varela, el calor incrementa la sudoración y, con ello la pérdida de líquidos y electrolitos esenciales. Incorporar alimentos ricos en agua, vitaminas y minerales no sólo ayuda a mantener el cuerpo hidratado, sino que también previene el cansancio físico y mental, según la especialista.

¿Qué alimentos específicos recomienda? Frutas en general, junto con verduras variadas de estación crudas o cocidas, que tienen un alto contenido de agua y electrolitos. La sandía y el melón, por ejemplo, dice, son ideales para hidratar y aportar vitaminas como la C, que refuerza el sistema inmunológico.

“Las proteínas de origen vegetal o animal según las elecciones de alimentación particulares -teniendo en cuenta que sean magras, como el pescado, el pollo y el tofu seitán- son opciones digestivas y energéticas, mientras que los cereales integrales y las legumbres ofrecen energía sostenida y mejoran el tránsito intestinal gracias a su contenido de fibra”, apunta la especialista.


 

¿Por qué cambian las necesidades y procesos digestivos cuando hace calor?
En verano, con el aumento de las temperaturas, el cuerpo va a gastar energía para regular la temperatura interna y mantenerse fresco, esto se llama termorregulación. Mediante la sudoración y el aumento del flujo sanguíneo hacia la piel el cuerpo disipa ese calor.

Para eso, reduce la cantidad de sangre que llega al sistema digestivo, y eso es lo que puede afectar la eficiencia en la digestión. Con menos flujo sanguíneo disponible, el proceso digestivo puede volverse un poco más lento, menos efectivo y dificultar, un poco, la descomposición y absorción de nutrientes.




 

Tampoco es que se reduce completamente, “pero sí puede generar una leve afectación”, explica la nutricionista Maia Soldano, especialista en salud metabólica, quien destaca que en este sentido las necesidades cambian y las recomendaciones apuntan a aumentar la hidratación profunda. Señala la importancia de ingerir alimentos que tengan mayor cantidad de agua para ayudar y prevenir la deshidratación.

Según Soldano, no existe una dieta recomendada para todos en el verano, ya que esto depende de la bioindividualidad de cada persona. Sí pone el énfasis en la importancia de ingerir comida real: alimentos que provengan de materia prima, que no estén empaquetados, ni ultra procesados con un listado de ingredientes interminable. Además, aconseja que sean de estación, como las frutas y vegetales, y preferentemente locales, es decir, que se puedan conseguir en la región que uno habita.



 

¿Qué consumir en verano?
Los alimentos que recomiendan las especialistas:

Frutas y vegetales con gran contenido de agua: pepino, tomate, lechuga, rúcula, zanahoria, melón, sandía, durazno o ciruela. Estos alimentos, dice Soldano, se digieren con mayor facilidad.
Proteínas magras: pescado, pollo sin piel o huevos pueden ser excelentes alternativas que, por su contenido proteico, mantienen la saciedad.
Grasas de calidad: en este punto, Soldano apunta a aquellas que sean más fáciles de digerir. “Vamos a optar, por ejemplo, por la palta, el aceite de oliva, los frutos secos, carnes más magras o pescados, que tienen una textura, un tejido conectivo, una grasa más fácil de digerir”, dice Soldano.
Semillas, yogur o kéfir de leche pueden sumarse al combo.

Las frutas y verduras son una parte clave de la alimentación en verano
 

“Una dieta ideal para el verano puede incluir desayunos compuestos por frutas frescas acompañadas de yogur natural y granola; almuerzos ligeros con ensaladas completas que contengan vegetales frescos, proteínas magras y un toque de aceite de oliva; meriendas con smoothies de frutas o un puñado de frutos secos; y cenas a base de pescados al vapor con guarniciones de vegetales salteados o asados.

Es fundamental mantener una hidratación adecuada, bebiendo al menos 2 litros de agua al día y complementando con infusiones frías o aguas saborizadas con frutas naturales”, apunta Lucía Varela. El calor, agrega, no debe ser un impedimento para mantenerse activo, y recomienda ejercicios de bajo impacto, como caminatas al amanecer o al atardecer, natación, yoga y ciclismo, ideales para esta época del año. Estas actividades, dice, combinadas con una dieta adecuada, ayudan a mejorar el rendimiento físico y mental sin riesgo de deshidratación o agotamiento.

Sobre este punto, Maia Soldano coincide en que quienes no suelen hacer ejercicio, en esta época pueden arrancar con caminatas, yoga o natación. Plantea también que se puede mantener el entrenamiento que uno venía haciendo si se está acostumbrado a hacerlo, pero se recomienda ajustar los horarios para evitar los de mayor calor.

Recomienda también entrenar al aire libre, en un lugar fresco y con buena ventilación. Se trata de encontrar el mejor equilibrio para disfrutar y mantenerse saludable en cada época del año: “Adaptar la rutina a las demandas del verano permite disfrutar de esta estación al máximo, cuidando el cuerpo y la mente con los alimentos y actividades más adecuados”, concluye Lucía Varela

 

Fuente de la Información: lanacion.com.ar

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