RÍO GRANDE.- La firma textil Fabrisur confirmó su cierre definitivo en Río Grande, una decisión que afecta directamente a 100 trabajadores de la planta. Según lo informado por Diego Abrego, secretario adjunto de la Asociación Obrera Textil (A.O.T), la empresa ofrecerá la opción de trasladar a los empleados a otras plantas ubicadas en San Luis y Buenos Aires. Sin embargo, esta alternativa presenta complicaciones para los trabajadores, quienes deberán dejar la provincia y reorganizar sus vidas en un nuevo lugar.
Cabe recordar que el martes, la empresa comunicó oficialmente su decisión de cesar operaciones en Tierra del Fuego. “Nos dijeron que no van a poder continuar, que ni siquiera pidieron una cautelar y cerrarán en junio del año que viene”, explicó Abrego. Ante esta situación, se han llevado a cabo asambleas en distintos turnos para debatir la propuesta y evaluar el próximo paso del gremio en defensa de los derechos laborales.
Fabrisur aseguró que cumplirá con el pago del 100% de las indemnizaciones conforme al artículo 245 de la Ley de Contrato de Trabajo, aunque el gremio mantiene reservas respecto a la implementación de este compromiso.
La situación de Fabrisur se suma a una serie de cierres y conflictos en el sector textil de la provincia. “De los 650 trabajadores que éramos en 2021, con el cierre de Fabrisur quedaremos solo 200”, lamentó Abrego, señalando que las plantas restantes, como Australtex y Fuegiantex, operan bajo condiciones cautelares y con incertidumbre respecto a su continuidad.
El próximo 6 de diciembre, la Comisión de Área de la Unidad Especial (CAE) evaluará la situación de Australtex, una instancia que podría traer más definiciones para el sector.
Decisiones difíciles
Mientras tanto, los trabajadores enfrentan un panorama incierto. La posibilidad de mudarse a las nuevas plantas propuestas por Fabrisur genera angustia entre los empleados. “Es muy difícil dejar la provincia y todo lo que han construido aquí”, expresó Abrego, quien también reconoció la tristeza de ver cómo el sector textil se desmorona.
Por su parte, el gremio promete seguir evaluando las medidas necesarias para garantizar que los derechos de los trabajadores sean respetados, no solo en Fabrisur, sino también en otras empresas que atraviesan conflictos similares, como Barplas, cuya conciliación obligatoria está a punto de finalizar.
Un cierre que marca el fin de un ciclo
El caso de Fabrisur es un reflejo de la difícil situación que atraviesa la industria textil en Tierra del Fuego, una actividad que solía ser una de las principales fuentes de empleo en la región. Con este cierre, el sector enfrenta un nuevo golpe que pone en evidencia la urgencia de políticas públicas que promuevan la sostenibilidad de la industria y la protección de los trabajadores.