RIO GRANDE.- En el transcurso del año, el Hospital Regional Río Grande ha sido objeto de numerosos reclamos por parte de la comunidad, destacándose las denuncias por presuntas malas praxis que involucran a sus propios profesionales. Sin embargo, el caso de Kevin, un menor de 7 años cuyo fallecimiento se produjo el pasado 23 de mayo, ha generado una profunda consternación.
Los padres de Kevin, representados por el Abogado Francisco Giménez, presentaron una denuncia por presunta mala praxis contra tres médicos de la guardia central del Hospital Regional Río Grande. Según relató Giménez en una entrevista con Radio Provincia, el niño ingresó al hospital con síntomas de malestar general, vómitos, diarrea y fiebre. A pesar de las preocupaciones de los padres, inicialmente se le derivó al odontólogo debido a que se quejaba de dolores de panza. Horas después, Kevin volvió al hospital con los mismos síntomas, pero ahora con dolores en el cuello. En esta ocasión, se le diagnosticó tortícolis y se le recetaron medicamentos para el dolor.
Dos días después, el 22 de mayo, el menor fue internado, pero al día siguiente falleció debido a una sepsis generalizada. Los médicos de terapia intensiva del Hospital de Río Grande informaron a los padres que habían intentado todo lo posible por salvarlo, pero Kevin llegó a terapia intensiva tras haber sido atendido previamente por otros profesionales. A pesar de los esfuerzos del equipo de terapia intensiva pediátrica, ya era demasiado tarde: sus riñones no funcionaban, tenía bacterias en los pulmones y su corazón estaba en mal estado.
Los padres del menor han denunciado la presunta negligencia médica y el maltrato recibido por parte de los profesionales de la guardia central del Hospital Regional Río Grande. El abogado Giménez, al referirse a este lamentable suceso, apuntó al sistema de salud en general y declaró: "Ya no se trata solo de negligencia, ninguno de los médicos que atendieron a Kevin en la guardia acertó ni siquiera en realizarle un estudio de laboratorio que pudiera haber determinado si su muerte era evitable".
El caso ha sido asignado al juzgado de instrucción 2, a cargo del Dr. Raúl Sahade, quien deberá tomar decisiones sobre la situación de los tres profesionales que intervinieron en la atención previa del menor. Este trágico episodio ha vuelto a poner en el centro del debate público la calidad de la atención médica en el Hospital Regional Río Grande y ha generado demandas de mayor control y transparencia en el sistema de salud local.