El Sindicato de Petróleo y Gas Privado de Río Negro, Neuquén y La Pampa, liderado por Marcelo Rucci, criticó duramente la decisión del gobierno de Neuquén de eliminar la obligatoriedad del uso de mantas oleofílicas en las operaciones petroleras. Esta medida, oficializada mediante la Resolución 159/2024, ha generado un debate sobre sus implicancias ambientales, laborales y económicas.
Marcelo Rucci manifestó su rechazo a la nueva normativa durante una entrevista con FM Capital, calificándola como “un grave retroceso”. Según el dirigente, las mantas oleofílicas, utilizadas desde 2014, son herramientas fundamentales para prevenir la contaminación del suelo en caso de derrames de hidrocarburos.
“No podemos permitir que las presiones empresariales prioricen el ahorro económico por encima de la seguridad ambiental y laboral”, enfatizó Rucci. Agregó que el reemplazo de estas mantas por métodos alternativos, como bandejas colectoras o coberturas de plástico, representa un regreso a prácticas menos efectivas y con antecedentes de desastres ecológicos en el pasado.
Además, el sindicalista advirtió sobre las consecuencias laborales de esta decisión, que afecta directamente a unos 500 trabajadores vinculados a la producción y servicios asociados a las mantas oleofílicas. “Estas familias dependen de un sector que hoy ve amenazada su continuidad por decisiones que parecen beneficiar únicamente a las operadoras”, aseguró.
Rucci, además, aseguró que planteó la preocupación al gobernador Rolando Figueroa, solicitando que se revise la resolución. “El desarrollo energético debe alinearse con estándares ambientales estrictos. No se trata solo de producir, sino de hacerlo de manera sostenible”, afirmó.
Por su parte, desde el gobierno provincial defendieron la medida argumentando que busca flexibilizar los requerimientos técnicos para adaptarse a las nuevas tecnologías. Sin embargo, sectores sindicales y organizaciones ambientales cuestionaron la falta de estudios que respalden la efectividad de los métodos alternativos propuestos.
A nivel comunitario, también surgieron voces críticas. La Confederación Mapuche recordó que existen problemas históricos relacionados con el tratamiento de residuos petroleros, con solo cinco plantas activas frente a una demanda que requiere “al menos el triple”.