NEUQUÉN-. Es cierto, vienen por el petróleo. Pero también tienen un ojo puesto en el avance de China sobre territorio argentino.
Las afirmaciones sintetizan una visión que se expande en Neuquén, que surgió a partir del inicio de actividades de ingenieros y constructores estadounidenses, quienes están levantando una base de operaciones en esa provincia.
El lugar elegido es estratégico. Se emplaza en las proximidades de la capital provincial pero más cerca todavía del reservorio de yacimientos no convencionales Vaca Muerta.
La instalación demandará una importante inversión -se estima en u$s2 millones- que, por cierto, ya viene realizando el Comando Sur, la unidad de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos para esta parte del mundo (Southcom, su sigla en inglés).
Lógicamente, el plan "yanqui" en estas tierras no está exento de críticas y de acaloradas polémicas en esa zona de la Patagonia.
De hecho, las discusiones se vienen expandiendo más allá de los intentos de los funcionarios de argumentar que el proyecto está orientado a tareas de asistencia para Defensa Civil.
Sin embargo, a los habitantes de ese suelo no se les escapa otro detalle: la construcción se ubica a tan sólo tres horas de la base china en Bajada del Agrio, también en Neuquén.
Y no faltan quienes aseguran que esta obra financiada por Southcom es, en realidad, un sitio estratégico para la vigilancia y el monitoreo del predio bajo control asiático.
La base estadounidensese extenderá a lo largo de una superficie de casi dos hectáreas y comenzó a construirse en suelo argentino mayo de este año.
A principios de ese mes, un avión oficial del gobierno de Estados Unidos aterrizó en Neuquén para dejar en ese territorio un equipo de técnicos, profesionales y albañiles quienes, inmediatamente, dieron inicio a los primeros trabajos en la superficie otorgada por el Ejecutivo provincial.
El accionar norteamericano tiene como meta la puesta en marcha definitiva de un proyecto que había quedado trunco en 2012.
Aquel año, la intención de llevar a cabo esa misma construcción quedó paralizada por las crecientes denuncias que daban cuenta de un desarrollo similar pero con claros fines militares en la provincia de Chaco.
Hoy día, la oposición a la base emplazada en Neuquén es encabezada por organizaciones sociales que, por otro lado, cuentan con el apoyo de cientos de personas que vienen protestando y movilizándose en caravana para exigirel desarme total del proyecto.
En torno al Ejecutivo provincial, predomina el silencio. Tanto es así que fuentes de la Secretaria de la Gobernación contactadas por iProfesional evitaron responder las preguntas formuladas por este medio, y ningún vocero quiso comunicarse para aportar detalles del proyecto de EE.UU. en Argentina.
Silencio oficial
La posición oficial, a un tema de por sí muy sensible, puede hallarse en un escueto comunicado en el que la gobernación expresa que la instalación se completará en el sector Z1 de la ciudad capital.
En el texto, compartido en la web oficial "Neuquén Informa", el secretario general de Gobierno y Servicios Públicos, Leonel Dacharry, indica que las obras "no tendrán costo para la provincia".
Añade que se hacen "a través de un programa de ayuda humanitaria de la embajada de EE.UU. que ejecuta el Comando Sur del ejército de ese país".
"El lugar elegido es junto a la autovía Norte y cerca de un centro de distribución estratégica, como el aeropuerto Internacional Juan D. Perón, para el traslado de elementos a zonas que lo ameriten", precisa.
Dacharry reconoce la presencia en territorio neuquino, entre otros, de ingenieros y arquitectos estadounidenses del programa de ayuda humanitaria para supervisar la continuidad de las tareas.
En un principio, se le dará forma a un espacio con un playón de maniobras y la posibilidad de anexar un helipuerto para la base de Estados Unidos.
Dacharry indica que la instalación se compondrá de una estructura muy liviana, con posibilidad de expansión, dotada de un grupo electrógeno y que servirá para almacenar víveres, campamentos móviles y para alojar personas ante alguna emergencia.
Representantes de los más de 60 movimientos sociales que se oponen a la construcción aseguran que la finalidad de la base no será, en realidad, brindar asistencia ante incendios forestales o erupciones.
Para reforzar esa hipótesis, apelan a un argumento tan sencillo como contundente: se ubica en un lugar muy lejano a las zonas eventuales de desastre natural.
Señalan que para que sea útil y efectiva para tal fin, la instalación debería haberse emplazado al menos a 500 kilómetros de su lugar actual y en dirección a la cordillera de los Andes.
Un misterio tras otro
Entre las organizaciones hay coincidencias respecto del evidente hermetismo que acompaña a todo el proyecto desde su activación en mayo.
Marcela Escobar, referente de la asamblea socioambiental de Centenario, afirma a iProfesional que el gobierno de Neuquén nunca aclaró si la base funcionará con técnicos y rescatistas argentinos o si directamente contará con personal estadounidense.
"El predio estuvo cerrado hasta hace muy poco, y ahora la construcción se está desarrollando con mano de obra estadounidense, algo que ya de por sí resulta muy raro", señala.
"No es que vinieron únicamente ingenieros o arquitectos,sino que hasta los albañiles son de Estados Unidos. Tampoco hay certezas de que los materiales sean de acá. Hemos pedido explicaciones, pero Defensa Civil no nos ha respondido nada de nada", indica.
Escobar añade que este desarrollo "yanqui" en suelo local nunca ha sido puesto en discusión en el legislativo neuquino. Y mucho menos trascendió para su tratamiento en el Congreso.
"El Ejército de Estados Unidos envió gente especializada y nos pretenden hacer creer que es sólo ayuda para la Provincia", enfatiza Escobar.
Añade que despierta sospechas el hecho de que hayan decidido instalarse muy cerca del futuro tren de Vaca Muerta, próximo a la ruta del petróleo y a una distancia muy corta de la base china.
"Es una aparente base de contingencia que bien podría abrir la puerta a cualquier intervencionismo", advierte.
Raúl Godoy, diputado del Frente de Izquierda, es otro de los que se pronuncia en contra de la iniciativa. Hace escasas semanas, elevó a la legislatura local un pedido para que se prohíba la ejecución de las obras de la embajada de Estados Unidos en Neuquén.
Además, "se está llevando a cabo con fondos donados por el US Southern Command, lo que implica una avanzada sobre la soberanía nacional".
En la vereda de enfrente, Luis Sapag, del Movimiento Popular Neuquino (MPN), justifica el proyecto poniendo foco en la gratuidad de la iniciativa.
"Son instalaciones para Defensa Civil. Les interesa porque creen en la filantropía", señala.
Y, como si esto fuese poco, añade: "Estados Unidos nos explota financieramente, pero también recuperan su conciencia regalando cosas. Es gratis, ¿por qué no lo vamos a recibir?".
En este marco, medios patagónicos han recogido a modo de denuncia los pronunciamientos que el propio Comando Sur norteamericano mantiene en su página institucional.
"El Comando Sur aprovecha la colaboración de naciones socias y la cooperación regional (...) para apoyar los objetivos de seguridad nacional de los EE.UU.", especifica.
Además, hace referencia a defender los acercamientos sureños de Estados Unidos y promover la seguridad y la estabilidad regional.
El lugar en el que se está construyendo la base norteamericana devuelve a la Patagonia la discusión sobre la presencia extranjera en suelo argentino.
Claro está que este hecho reviste profundas implicancias en diferentes ámbitos, desde el económico al político, pasando por el ambiental.
En el Sur crece la desconfianza, y cada vez más gente mira la base "yanqui" de reojo y con preocupación.