PROVINCIALES
Velázquez quedó libre y se lo adjudicó a la justicia divina
07/05/2015. El ex Legislador de Tierra del Fuego, encarcelado por la muerte de un bebé de siete meses, quedó en libertad a partir de la nueva normativa que otorga ese beneficio a quienes no cuenten con condena firme. Velázquez precisó que su libertad es “una victoria de Dios” y que a partir de ahora, “lo que vaya a deparar el futuro inmediatamente es servirle a Dios en la Iglesia”
Velázquez tenía sentencia condenatoria del Tribunal Oral por el crimen de Aaron Cano, un bebé de siete meses, víctima del síndrome del niño sacudido, a partir de las lesiones mortales que le ocasionó el condenado.
Justicia divina
En declaraciones a FM del Pueblo, Velázquez precisó que “gracias a Dios ya han notificado a mi abogado en Ushuaia, Dante Pellegrino, lo mismo a Francisco Giménez, y es una etapa superada en este lugar”.
Sobre su situación a partir de ahora, dijo que “cada vez que necesito ausentarme de la provincia o del país, tengo que pedir autorización, nada más que eso. Lo que sucede es que ya estaba por cumplir la mitad de la condena que me fue impuesta”.
“Hoy siento la victoria de Dios al salir de este lugar. Este ha sido un lugar bendecido por Dios. Haber vivido en este lugar me sirvió para afianzar más mis lazos familiares con mi esposa, con la cual convivo hace más de 21 años, con mis nueve hijos, mis nueve nietos, con mis amigos, compañeros, de todos los ámbitos que han venido y han estado en contacto conmigo”, destacó.
Además, dijo que “les agradezco a todos el apoyo y acompañamiento que me han brindado, a mí y a mi familia, a mi hermano Pedro, mis sobrinos, a todos los familiares y a la gran cantidad de compañeros y amigos que he cultivado en este tiempo en la Unidad”.
“Más allá de haber estado detenido, puedo decir hoy con toda claridad y sinceridad, que me he sentido más libre estando acá adentro que afuera, en una actividad gremial y política en la cual sin darme cuenta vivía preso”, reflexionó y al mismo tiempo, señaló que “he aprendido a conocer las cosas que uno tiene que valorar como hombre y ser humano, a Dios sobre todas las cosas, la familia y la amistad”.
Consultado sobre el futuro político, y si analiza volver a esta actividad, no lo descartó: “El futuro, Dios lo va a deparar. En este tiempo he afianzado mi compromiso con las cosas de Dios, desde este lugar y por eso quiero agradecer al pastor Cornelio Castro de la Iglesia Cristiana; a Betty y Julio Alday, a periodistas amigos de la ciudad de Ushuaia, compañeros dirigentes gremiales, políticos también de Ushuaia que han venido a visitarme”.
“Lo que vaya a deparar el futuro inmediatamente es servirle a Dios en la Iglesia. Siento que esta victoria es de Dios, más allá de que hayan actuado hombres que han sido usados como abogados o defensores o jueces. Mi gloria y la victoria es para Dios”, enfatizó, una vez más.
Consultado sobre el crimen que cometió, el ex Legislador provincial dijo que “fue un hecho triste y lamentable que me tocó vivir hace más de cinco años. Duele cuando se recuerda, porque mis hijos y nietos eran pequeños, tenían dos años. Hoy con siete y ocho años siguen escuchando las mismas cosas que decían de su padre, pero son cosas de la vida”.
“Uno sabe que ha sido una persona muy expuesta durante muchos años y sabe cómo son las cosas, pero realmente hoy no tengo resentimiento. Hay una frase que dijo (Nelson) Mandela cuando salió de la cárcel en Sudáfrica: dijo ‘si no dejo el odio y el resentimiento y la venganza acá dentro antes de salir, seguiré preso afuera’. Yo hago lo mismo, dejo todo lo malo que se ha dicho, las barbaridades sobre mi persona, las dejo todas adentro”, planteó.
Volvió a insistir que “no tengo rencor, ni resentimiento, ni odio, ni nada por el estilo para ninguno. Dios es el que juzga y el que condena” y destacó su “trayectoria de más de 35 años en Río Grande. Las personas saben lo que he sido y lo que no he sido. Es Dios el que va a juzgar a los que condenan, y el que está libre de pecado, que arroje la primera piedra”.
Finalmente, Luis Velázquez precisó que “uno escuchó muchas cosas este tiempo pero no hay resentimiento ni enojo ante las cosas que se han dicho o se sigan diciendo. Muchos se dieron cuenta en este tiempo, han venido a pedir disculpas, y otros no. Es la regla de la vida”.