PROVINCIALES

RECLAMOS GENERALIZADOS HACIA EL GOBIERNO

Tarjeta Bienestar TDF funciona mal y causa sospechas

El error 57 de la Tarjeta Bienestar TDF sigue afectando a los comercios barriales de Río Grande, generando indignación entre los comerciantes. Mientras el problema persiste, las sospechas de favoritismo hacia un supermercado local aumentan.

Tarjeta Bienestar TDF funciona mal y causa sospechas

RÍO GRANDE.- Los comerciantes de esta ciudad continúan enfrentando problemas con la Tarjeta Bienestar TDF debido al persistente “error 57”, que impide a los usuarios realizar pagos en las terminales de los comercios barriales. A pesar de los constantes reclamos, las autoridades de Gobierno no brindan una solución clara y dejan a los afectados en un estado de creciente indignación.

El conflicto ha provocado un cruce de responsabilidades entre el Banco Tierra del Fuego, la empresa Prisma (encargada de la tarjeta) y Posnet, sin que, hasta el momento, haya un compromiso concreto para resolver el problema. Mientras tanto, los comerciantes han notado que el único establecimiento donde la tarjeta funciona correctamente es el supermercado La Anónima, lo que ha levantado sospechas de un posible favoritismo hacia esta cadena en detrimento de los negocios locales.

“Nos sentimos ignorados, mientras que La Anónima sigue siendo el único beneficiado. Este problema afecta directamente a los comercios de barrio, y nuestros clientes vienen todos los días preguntando si ya se solucionó”, expresaron los empresarios locales, quienes han comenzado a cuestionar si la Tarjeta Bienestar realmente cumple su promesa de fortalecer el comercio barrial.

Presentada inicialmente como una herramienta para fomentar las compras en los negocios locales, la Tarjeta Bienestar ahora es vista con escepticismo. “El gobierno parece estar favoreciendo a La Anónima, que siempre fue criticada por sus altos precios, en lugar de ayudar a los comercios de barrio que ofrecen precios más bajos”, señalaron los comerciantes.

La situación no solo afecta a los negocios, sino también a los consumidores, quienes dependen de la tarjeta para realizar sus compras diarias. En un contexto económico complicado, los comerciantes exigen al gobierno que priorice una solución al problema, recordando que cada día sin respuesta significa pérdidas para los negocios locales y mayor frustración entre los usuarios.

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