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RIO GRANDE.- La muerte del senador de La Cámpora Matías Rodríguez conmocionó a la comunidad política fueguina cuando su cuerpo fue encontrado en su residencia de Ushuaia, el 18 de octubre de 2023. El caso, que comenzó con la autopsia revelando signos de una violenta golpiza previa a su fallecimiento, se cerró en completo hermetismo. A pesar de las numerosas dudas y presuntos indicios, la Justicia dictaminó que se trató de un suicidio y decidió no avanzar en la investigación, lo que generó fuertes críticas y desconcierto entre allegados y ciudadanos.
La causa, que permaneció rodeada de un mutismo inquebrantable por parte del juez y el fiscal, terminó siendo archivada hace algunos meses, sin que se difundieran detalles del fallo. Las solicitudes del gobernador Gustavo Melella, quien expresó públicamente que el senador había recibido amenazas antes de su muerte, no lograron movilizar a la Justicia para una investigación más profunda. La versión oficial sostiene que "los elementos de prueba indican que se trató de una muerte autoinfligida, sin indicios de instigación o delito alguno".
Entre las irregularidades que marcaron el proceso, se destaca la desaparición de la computadora del senador y la imposibilidad de desbloquear los celulares hallados en la escena. Los dispositivos fueron enviados a Buenos Aires para ser peritados, pero los expertos no lograron acceder a la información almacenada, dejando sin respuestas una de las líneas de investigación más prometedoras para aclarar los últimos momentos de Rodríguez.
Otro aspecto cuestionado fue la ausencia de Walter Vuoto, intendente de Ushuaia, en las declaraciones judiciales. Rodríguez y Vuoto, antiguos amigos y colegas en La Cámpora, habían tenido una pelea horas antes del fallecimiento del senador, motivada por la relación sentimental de Vuoto con la exesposa de Rodríguez, Laura Ávila. A pesar de haber sido la última persona en verlo con vida, el jefe comunal nunca fue citado a declarar, lo que despertó suspicacias sobre el manejo de la causa.
A un año del trágico hecho, familiares, amigos y políticos de diversos sectores recuerdan a Matías Rodríguez con homenajes y cuestionan la falta de claridad en la investigación. La causa deja un sabor amargo entre quienes consideran que no se agotaron todas las instancias para esclarecer lo sucedido y que la memoria del senador merece más que la versión oficial de un suicidio. El dolor persiste en una comunidad que exige respuestas y teme que el caso quede sepultado en la impunidad.
