¿Pero, cuál es su origen?
El ingeniero de la Universidad de Edimburgo Harald Haas es el padre de la tecnología Li-Fi. En 2011 se formó el Consorcio Li-Fi, promovido por cuatro organizaciones innovadoras y destinado a desarrollar las comunicaciones inalámbricas ópticas como solución a la progresiva saturación del espectro de las ondas de radio.
En 2014 la compañía pureLiFi, cofundada por Haas, presentó en el Mobile World Congress de Barcelona el primer sistema comercial de Li-Fi, llamado Li-1st, aunque de difusión limitada.
Este sistema se basa en la transmisión de información por medio de luz. No es una idea novedosa; códigos como el Morse se han empleado históricamente para enviar mensajes a través de señales luminosas, por ejemplo en el mar o en el campo de batalla. El Li-Fi hace lo mismo, solo que es otra máquina la que recibe y descifra la transmisión.
El lenguaje es aún más sencillo que el Morse: código binario, donde encendido es 1 y apagado es 0.
Otro antecesor del Li-Fi lo tenemos en la mano cuando nos sentamos a ver la televisión; el control remoto funciona por luz infrarroja, solo que en este caso la comunicación es unidireccional.
También empleamos la luz para comunicaciones a larga distancia por cable, a través de la fibra óptica.
La luz puede codificar mensajes igual que las transmisiones de radio, dado que ambas están compuestas por ondas electromagnéticas; solo cambia la frecuencia.
De hecho, el empleo de luz ofrece una enorme versatilidad: no solo porque las comunicaciones actuales están saturando el espectro radioeléctrico, sino también porque la banda de la luz visible es unas 10.000 veces más ancha que la de las frecuencias de radio.