USHUAIA.- Las juntas electorales de las ciudades de Ushuaia y Río Grande, en Tierra del Fuego, ratificaron recientemente la anulación de casi tres mil votos emitidos en las elecciones provinciales del 14 de mayo. Estos votos estaban a favor del partido Republicanos Unidos, respaldado por Javier Milei, y fueron anulados debido a discrepancias en el color de las boletas.
Los libertarios fueguinos presentaron una protesta contra el escrutinio definitivo de las elecciones, argumentando que la anulación de los votos les había privado de dos bancas de concejales, una en cada distrito. Sin embargo, las autoridades ratificaron la decisión de no considerar válidos los votos debido a que se emitieron con boletas de color verde en lugar de las boletas amarillas correspondientes al estamento.
En las elecciones fueguinas, se utilizan cuatro boletas separadas: una azul para gobernador y vicegobernador, una verde para intendente, una blanca para diputados provinciales y una amarilla para concejales.
El partido Republicanos Unidos distribuyó boletas de concejales de color verde en lugar de amarillo, alegando problemas de impresión debido a la falta de papel de color. Sin embargo, todas las boletas cumplían con los requisitos exigidos por la ley local, incluyendo el logo partidario, el número de boleta y los nombres de los candidatos.
En su reclamo ante las juntas electorales, los seguidores de Javier Milei argumentaron que la voluntad del votante debería primar sobre la formalidad del color de las boletas. Además, señalaron que las autoridades solo anularon los votos impugnados por los fiscales de otros partidos políticos, sin invalidar el resto, a pesar de que se utilizaron boletas idénticas en ambos casos.
La jueza Electoral interina Mariel Zanini, al resolver la protesta, sostuvo que los votos anulados fueron 2.378 y no 3.000, y argumentó que el partido había introducido una interferencia en los comicios que distorsionó la voluntad de los ciudadanos. Según el acta resolutiva, esta interferencia impidió que la voluntad popular se expresara en condiciones de auténtica libertad, y afirmó que era indispensable que no existieran intermediarios ni posibilidades de confusión electoral.
Las autoridades electorales fueguinas explicaron que se oficializó un modelo de boleta de color amarillo y que el partido tenía la obligación de imprimir boletas iguales. Sin embargo, debido a razones logísticas, la autenticidad de los papeles no pudo ser verificada cuando se distribuyeron en las urnas cinco días antes de las elecciones.
El apoderado de Republicanos Unidos, Santiago Paulli, calificó la decisión judicial como un "atentado contra la democracia" y anunció que apelarán la medida ante instancias superiores.
Las bancas que corresponderían al partido de Milei, de no haberse anulado los votos, fueron otorgadas a Forja en Ushuaia.