PROVINCIALES

CIENCIA Y TECNOLOGÍA ARGENTINA

La ingeniera Alejandra Portatadino defendió la ingeniería y la industria nacional

Alejandra Portatadino se refirió a la importancia de la industria nacional. Recordó proyectos tecnológicos argentinos históricos. Resaltó la necesidad de mantener la cadena de valor en la ingeniería para garantizar un futuro tecnológico próspero.

El Submarino Santa Fe  que iba a tener  un 100% fabricado en Argentina y se suspendió su construcción con un 75 % de Fabricado. Al lado, la ingeniera Alejandra Portatadino.
El Submarino Santa Fe  que iba a tener  un 100% fabricado en Argentina y se suspendió su construcción con un 75 % de Fabricado. Al lado, la ingeniera Alejandra Portatadino.

RIO GRANDE.- En diálogo con ‘La mañana de la Tecno’ que se emite por Radio Universidad 93.5 MHz, la ingeniera Alejandra Portatadino habló sobre la importancia de la industria nacional, recordando proyectos tecnológicos argentinos históricos y resaltando la necesidad de mantener la cadena de valor en la ingeniería para garantizar un futuro tecnológico próspero.

Cabe resaltar que Alejandra Portatadino es Ingeniera Mecánica, cofundadora de Ingeniería sin Fronteras Argentina, miembro del ASME (American Society of Mechanical Engineers) y del CAI Centro Argentino de Ingenieros, además de pertenecer a otras organizaciones.

“La vez pasada publicaron un artículo, una nota que escribí sobre la tecnología y la industria nacional de nuestra generación y cómo se había perdido toda esa iniciativa que nosotros teníamos, que la Argentina tenía”, introdujo.

Lo que siguen son sus conceptos vertidos en la columna de opinión que tomó https://soberaniadigital.org donde están más detalladas sus opiniones emitidas en la emisora.

Argentina supo estar a la vanguardia de la ingeniería mundial, sin existir en esa época las herramientas de modelos matemáticos ni de software actuales. Eran años que resaltábamos a nivel mundial a puro talento, regla de cálculo,  tablero de dibujo, mucha imaginación e ingeniería aplicada, y sobre todo acompañados de decisiones políticas industrialistas  que impulsaban desarrollo e investigación técnico-científica nacional.

Los proyectos de innovación tecnológica e industria nacional no nacieron de repollos, salieron de conocimientos de mentes brillantes argentinas y de voluntades políticas patriotas. Dos ejemplos políticos del desarrollo industrial fueron los presidentes Juan D. Perón y Arturo Frondizi, que acompañados por militares industrialistas de las tres fuerzas Armadas y pese a las diferencias  partidarias, compartieron la misma visión de tener  un desarrollo industrial soberano.

Ahora nos enfocamos en el Presidente Frondizi y el plan desarrollo Industrial, que se aceleró fuertemente a partir de 1959. Arturo Frondizi sancionó el decreto N° 3693/59, más conocido como “Régimen de Promoción de la Industria Automotriz”, que disparó la presentación de 23 proyectos de vehículos de fabricación nacional. El ícono fue el desarrollo del Torino, haciendo mención a dos grandes ingenieros argentinos Raúl Tolcachier que trabajó en el chasis y la estabilidad, y Eduardo Genari, que junto a Oreste Berta trabajó en la motorización. Estos desarrollos terminaron en el que fue uno de los mejores automóviles del mundo con el desarrollo del motor que se denominó Torino 233 de 3770 cc y 7 bancadas. Época en que los argentinos sentíamos orgullo por todo lo que se fabricaba en nuestro país.

Tecnología  aeroespacial

La Comisión Nacional de Investigaciones Espaciales (CNIE) fue una agencia espacial argentina fundada en el ámbito de la Secretaría de Aeronáutica el 28 de enero de 1960 bajo la Presidencia de Frondizi.

La CNIE realizó 150 lanzamientos: el último de ellos el CANOPUS II de una etapa, con combustible sólido, que alcanzó una altura de 82 km; transportando como pasajero un mono -el Mono Juan- cuyos signos vitales eran transmitidos para monitorear los efectos del viaje sobre su cuerpo. ¿No sería que Argentina estaba entrando en la carrera aeroespacial, con intenciones ciertas de misiones tripuladas por humanos?

El vector o misil Cóndor fue último proyecto  de avanzada para su época por su alcance y multifunciones operativas   La CNIE  se mantuvo operativa hasta su reemplazo por la actual CONAE en el año 1991. Entonces se produjo la cancelación del proyecto Cóndor y la destrucción de todos sus componentes fabricados.

También le sucedió a FADEA, nuestra fábrica de aviones, reconocida hasta por la propia BBC del Reino Unido, que refirió a “la fábrica argentina que diseñó algunos de los aviones de combate más sofisticados del mundo”.

Submarinos

Entre 1972 y 1974 nace el plan de modernización del arma de submarinos y buques de superficie con el decreto 768/ 74 (recordemos que anteriormente comprábamos submarinos usados) con este decreto y una plataforma alemana de Thyssen nació el TR 1700 hasta hoy uno de los submarinos diesel eléctricos convencionales con mayor capacidad de navegación. ¿Qué nos sucedió que desde mediados de los 80 tenemos  el ARA Santa Fe con un 75 % construido sin terminar teniendo Argentina un astillero con capacidad de construcción de 4 submarinos en simultaneo siendo el de fabricación de embarcaciones militares más grande de Sudamérica incluso de varios países Europeos, ¿casualidad o causalidad  con  incapacidad militar y política fomentada por favores de empresas extranjeras para esos bolsillitos de argentinos, codiciosos,  inescrupulosos, corruptos y apátridas?

Recordemos cuando quisieron convertir al Astillero en un complejo inmobiliario por parte de IRSA denominado  “Solares de Santa María” donde la compañía de negocios inmobiliarios diseñó un lujoso complejo cerrado con marinas propias y salida al Río de la Plata en las Instalaciones del Astillero TANDANOR.

Como expresó un reconocido Ingeniero Naval “… TANDANOR fue históricamente un astillero del Estado que tenía como objetivo ser la locomotora de la industria naval argentina, poder recibir y hacer reparaciones donde la industria naval no tenía infraestructura. Derramaba trabajo a los sectores periféricos. Era una especie de elemento catalizador del desarrollo industrial…”

Proyecto TAM (Tanque Argentino Mediano) y siderurgia para la defensa

El desarrollo del TAM Tanque Argentino Mediano, todavía lo convierte al día de hoy en uno de los mejores tanques medianos de combate del mundo para nuestra geografía.

La Fábrica Militar San Martín se construyó para el desarrollo del TAM, con otras unidades de fabricación nacional de componentes para eliminar necesidad de importar otras piezas para la fabricación del Tanque. En cuanto al acero -una de las principales materias primas para las piezas como su chasis y coraza blindada- contábamos en ese entonces con la industria  siderúrgica en Altos Hornos Zapla, que se integra al proceso, aportando nuevas aleaciones  fundidas de  aceros especiales nacionales.  También se crea  la planta en Boulogne, que se complementa  con la Militar de Río Tercero, que aportaba otros componentes. La ingeniería argentina, con egresados de la UTN, el ITBA y la UBA de ese entonces, brillaban por su presencia articulando con las Fuerzas Armadas que eran los usuarios. ¿Pero qué sucedió con el TAM en los 90?

Argentina fue cuna del pensamiento de la ingeniería latinoamericana del desarrollo industrial para la defensa, con grandes ingenieros, cuyas visiones e ideas fueron impulsadas por voluntades políticas instruidas que pensaban un país soberano  e industrialista. Los pioneros del siglo XX para pensar el plan industrial siderúrgico energético Argentino fueron los ingenieros y militares Manuel Savio y Enrique Mosconi. Sus ideas  pretendían transformar una economía nacional agrícola y exportadora en otra que tuviera a las industrias de base como motor del crecimiento. Tuvieron un apoyo muy grande de políticos patriotas que compartían sus ideas.

Esas ideas circulaban en las aulas y las propagaban los docentes al alumnado, en forma de trabajos prácticos y ejemplos didácticos de la Ingeniería aplicada en sus diferentes disciplinas. En esa época de fervor y de pasión por hacer Ingeniería, sin el software ni los modelos virtuales actuales, era todo a pura lectura, regla de cálculo y tablero de dibujo y sobre todo mucha imaginación, proyección y pasión. Recuerdo en química al profesor Barrera quien trabajaba en el combustible sólido del misil Cóndor y nos transmitía sus experiencias.

En este tiempo y lamentablemente, desde diferentes espacios políticos y militares escuchamos de modo corriente la expresión “no se puede”, y es moneda de cambio para comprar hecho afuera. La duda que se nos plantea en ámbitos técnico-científicos de la ingeniería es si esta expresión responde a un desconocimiento de las capacidades de la ingeniería argentina (aunque no la puedan sostener con argumentos técnicos), o si se relaciona a expectativas de probables jugosas comisiones generadas al comprar afuera, a los viajes al exterior con todo pago por semanas. Viajes, además, en que se inculca que lo extranjero es mejor y que no tenemos capacidad para fabricar en nuestro país (aunque nuestros ingenieros y facultades de Ingeniería sobresalen ganando diferentes premios internacionales). Esos compatriotas adoctrinados con el “ustedes no pueden” alimentan o decisiones que atentan contra el trabajo, la industria y la ingeniería argentina. ¡Y son  pagados por el propio tesoro cuyos ingresos van a destruir con las decisiones que tomarán luego.

Hoy Argentina necesita imperiosamente para sobrevivir en el siglo XXI reactivar nuestro desarrollo industrial, la investigación y las capacidades militares propias que todavía  estamos en condiciones de recuperar. Tenemos dentro de la industria nacional para la defensa muchísimos “argentinos de bien” altamente capacitados para el desarrollo industrial soberano, impulsados por el espíritu patriota de San Martín, Guillermo Brown, Martín de Güemes, Juana Azurduy, y por el desarrollismo soberano, como Manuel Savio, Enrique Mosconi, Federico Leloir, Enrique Gaviola, José Balseiro, Ramón Carrillo, Segundo Storni y otros grandes argentinos, incluso actualmente técnicos, ingenieros y científicos  que luchan y trabajan por una Argentina grande, comprometidos con nuestro pueblo, que no debemos perder ni despedir. Argentinos que cada día juegan en sus trabajos como juegan los jugadores del equipo Argentina cada partido de un mundial.

Todavía sobrevive INVAP como ejemplo del gran potencial Argentino en diseños de satélites, radares y material nuclear para el mercado interno y de exportación. El proyecto del reactor CAREM (Central Argentina de Elementos Modulares), 100% Argentino que lideramos a nivel mundial esa tecnología, ya debe estar en la mira para su destrucción, porque no se detienen para evitar nuestro desarrollo tecnológico. El mismo sentido tiene el ataque para la demolición de las Universidades Publicas fuentes de conocimiento e investigación nacional soberana. La brutalidad no reconoce pensamientos científicos, conocimientos, ni capacidades instaladas. El mercantilismo por sí mismo implica riqueza para unos pocos y pobreza para muchos. Como podemos observar si leemos y estudiamos la historia mundial, el no estudiar ni leer genera desconocimiento.

Luchamos contra la excusa antipatriótica de “lo urgente”, promotora principal de la desidia, con lo que se crean períodos “de ventana” que duran años en donde ni se compra ni se desarrolla, provocando un daño muy grande a la Industria Argentina y a las posibilidades de inserciones  laborales a técnicos e ingenieros argentinos. Con la excusa de lo urgente, por ejemplo, damos vuelta a la calesita con comprar submarinos usados.

Un caso emblemático fue el Pulqui II. En 1955 la FMA ofreció al Gobierno Inconstitucional de entonces  la fabricación de cien (100) aviones Pulqui II en un período de cinco años para reemplazar al caza I.Ae. 24 Calquín. La administración rechazó la propuesta argumentando urgencia en la sustitución de los Calquín, y que EEUU ofrecía 100 inmediatamente, el final del cuento es que  compraron un  lote de  24  F-86 Sabre, excedentes de la guerra de Corea, y que tardaron 4 años en entregarlos. Esa acción destruyó el proyecto Pulqui y la FMA perdió posibilidades de producción. Corolario: con la excusa de lo urgente compraron  porquería usada en menor cantidad y tardaron 4 años en entregarlos, anteponiéndolos al desarrollo Argentino.

Manuel Savio fue el  fuerte impulsor de la industria de base. En 1938 redacta un proyecto de ley para crear la Dirección General de Fabricaciones Militares (DGFM).En dicha ley se promulga realizar exploraciones y explotaciones tendientes a la obtención de cobre, hierro, plomo, estaño, manganeso, wolframio, aluminio y berilio y posterior industrialización. Los gráficos adjuntos dan una idea del real potencial que tenemos en Argentina que es desperdiciado, desaprovechado y regalado a intereses extranjeros para la industrialización de sus países o el fortalecimiento de sus empresas multinacionales.

Sufrimos en Argentina un proceso de africanización y uno de sus sustentos es la falta de información al pueblo sobre estos temas. Recordando aquella diferencia que Perón señalaba entre pueblo y masa, vemos cómo el accionar oligárquico degrada la educación y banaliza la cultura. Saben y necesitan argentinos convertidos en anti-políticos ignorantes, para que de esa ignorancia surjan los políticos, economistas y militares que tengan a cargo gobernar y proteger los designios y el futuro de Argentina. Destino que será más fácil escamotearnos mientras estemos en manos de brutos e ignorantes sensibles al soborno.

 

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