TIERRA DEL FUEGO.- La administración del gobernador Gustavo Melella reconoció recientemente que el radar instalado en Tolhuin, autorizado por su propio gobierno, representa una amenaza a la seguridad tanto de la provincia de Tierra del Fuego como de la nación. Este giro se produce en un contexto en el que la empresa responsable del radar, LeoLabs, anunció una alianza militar con el Reino Unido, lo cual generó alarma sobre el uso potencialmente dual (civil y militar) de esta infraestructura.
Cabe recordar que inicialmente, la autorización de la instalación del radar se gestionó en silencio, bajo la atenta mirada del gobernador Gustavo Melella, sin alertar a la opinión pública ni a otras entidades o sectores de la sociedad. No obstante, la situación cambió drásticamente cuando los medios de comunicación dieron a conocer la noticia. Tras casi un año de polémicas y discusiones, la colaboración de LeoLabs con el Reino Unido para el control espacial ha desatado un conflicto sobre la verdadera naturaleza y propósito del radar en Tolhuin.
Ante la evidencia de que el radar podría tener un uso militar, el gobierno provincial recién ahora y a más de un año desde su instalación en Tolhuin, ha decidido retirar los mismos permisos que le había otorgado a la empresa LeoLabs. Las áreas jurídicas y administrativas del gobierno están trabajando para formalizar este retiro, que incluye acciones tanto a nivel provincial como nacional. Además, la empresa ha presentado un recurso de reconsideración, intentando revertir la decisión de la Jefatura de Gabinete que revocó su autorización inicial.
El radar, presentado por LeoLabs como de uso civil, ha sido categóricamente señalado por el Ministerio de Defensa como potencialmente militar. Esta contradicción ha llevado a las autoridades provinciales a tomar medidas contundentes para desmantelar cualquier infraestructura que pueda comprometer la seguridad nacional, especialmente dada la relación de la empresa con el Reino Unido, un país con el que Argentina mantiene disputas territoriales.
Ahora, la gestión de Melella subraya la necesidad de eliminar cualquier amenaza operativa en la provincia, y ha encargado a sus equipos que trabajen en todas las vías posibles para asegurar el retiro definitivo del radar. La preocupación por la soberanía y la seguridad nacional ha sido el motor de estas decisiones, y se espera que el gobierno provincial continúe tomando acciones firmes hasta garantizar que no haya instalaciones comprometidas en Tierra del Fuego.
