RIO GRANDE.- El ex ministro de Economía de la provincia y uno de los promotores de la Ley 19640 fue entrevistado por FM La Isla sobre la carta abierta que le escribió al presidente electo Javier Milei sobre las consecuencias nefastas que supondría derogar los beneficios impositivos y aduaneros a Tierra del Fuego.
Viaña, quien también fue Diputado Nacional (mandato cumplido) hizo un relato de los objetivos de esta norma de promoción económica que benefició a la actual provincia desde que aún era Territorio Nacional.
“Estamos viviendo un momento excepcional con una gran incertidumbre y con muchos detractores que hablan sin realmente conocer la realidad de las cosas. Y esto es el mayor problema y en parte también tenemos muchos problemas que la gente no entiende dónde está el beneficio de la 19.640 para la población. Se habla del régimen industrial pero la 19.640 no es un régimen industrial. La 19.640 es un régimen fiscal y aduanero especial y tenía un claro objetivo de ser un intermediario entre las Islas del Atlántico Sur y el territorio continental”, dijo Viaña.
En ese sentido recordó que dicha norma “era una alternativa que surgió en un juego de zonas aduaneras que permitía poder controlar y resolver el tema. Entonces, hay una falta de conocimiento primero, de cómo se efectuó. Segundo, cuál fue el objetivo. Por eso al principio de la carta abierta que le hago al presidente, cuando yo llegué, éramos 7.500 habitantes en toda la Tierra del Fuego y eso que habíamos tenido un buen crecimiento a partir de la Ley de Zona Franca y con la actividad comercial que había venido del viejo Paralelo 42 porque se había terminado el paralelo 42 en la zona de Chubut. Entonces, ese es el origen, pero el destino tuvo una consecuencia política que no se puede dejar de mencionar porque la condición de aislamiento, Tierra del Fuego la sigue teniendo. La distancia la sigue teniendo, la insularidad la sigue teniendo. Entonces, acá hay elementos que debemos volver a explicar porque el país no es uno solo. No es una economía de un centro único y radiante que debe funcionar. Esto es lo que hay que tener claro y las provincias muchas veces por las necesidades del peso llegamos a entregar todo a cambio de nada y este es el mayor problema que tenemos”, observó.
“Queremos que nos escuchen en Buenos Aires”
“Lo que pretendo es que no se escuchen después que tomen la decisión. Pero no puedo seguir admitiendo que cualquier improvisado hable como si fuera un erudito de la ley y sin embargo no sabe de qué se trata. Hablan de la promoción industrial, del subrégimen, hablan de todo sin saber. Quiero que vean los considerando de la ley y los primeros artículos y van a entender que es otra cosa, que no es para una actividad industrial es para todo y para todos. Es una ley de promoción económica, no industrial solamente y el sentido era totalmente distinto. La industria era una manera de conseguir ocupación y darle actividad a algo que no existía. Por eso siempre yo recuerdo el primer proyecto grande que se tuvo la Tierra del Fuego fue una petroquímica que no la pudimos llevar a cabo por un motivo esencial y que no había gente, no había personal, Tampoco había viviendas, no había infraestructura, no había electricidad. Y entonces la empresa debía trasladar gente, construir viviendas, hacer un puerto y generar una usina nueva y el proyecto después. Hay que imaginarse que era una duplicidad de inversión. Esto es lo que no entienden y hay que esbozarlo. Y el segundo motivo es que hay que comparar cómo era Punta Arenas en la misma época que nosotros cuando éramos 7.500 y la capital magallánica tenía más de 70.000 habitantes; es decir, era 10 veces más que nosotros y tenían elementos que no teníamos nosotros”.
“Todos somos responsables”
Consultado sobre por qué la Ley 19640 no logró sus objetivos iniciales, confesó que “somos todos responsables. Yo en esto no le escapo al bulto. Tengo mi corresponsabilidad como todos. Somos corresponsables, fuimos víctimas de la rutina, del hecho de tener permanente el beneficio y no apreciarlo. Eso hizo que nos dejáramos estar. La gente no entiende, sabe que no paga impuesto y punto, pero no evalúa todo lo que significa, hasta que empecemos a pagar. Ese es el día que yo estoy viendo que viene a pasos agigantados a partir de una separata que ponen en el presupuesto nacional que es terrorífica, porque esa separata con el pensamiento que dice que hay que reducir los gastos, tiende a borrarla”.
“Si no hay actividad económica, los fueguinos no podrán pagar impuestos”
Viaña entendió que “muchos de los elementos que forman parte del denominado costo fiscal son números evaluatorios y no reales. Esto es lo que la gente no sabe ni entiende. Esta es una razón fundamental y es que el Estado nacional no va a recuperar, no va a recaudar lo que dice que pierde de recaudar de Tierra del Fuego, porque los contribuyentes de Tierra del Fuego no van a poder pagar. Esto es una realidad, no es que Nación va a devolver porque si no va a haber actividad, ¿qué impuesto van a poder recaudar?”.
Para el entrevistado, derogar la Ley o acotarla es “matar a la gallina de los huevos de oro” y en este punto parafraseó al presidente electo al señalar que “no hay más plata. Y (Javier Milei) tiene razón, no hay más plata. Queremos terminar con la inflación. No hay más plata. Tenemos que volver al concepto de la economía de la familia y sumarla y multiplicarla”, propuso en cambio.
Mariano Viaña entendió que la emisión monetaria es un problema en Argentina y Tierra del Fuego sufre las consecuencias. A pesar de eso, se necesitan proyectos de industria y desarrollo económico para generar actividad y oportunidades en la región.
“En tu casa, vos gastas un mes más, dos meses más, tres meses más, pero llega un momento que no da más. La emisión monetaria es nuestro peor de los males. Y esto es algo que tenemos que entender y absorber. No nos gusta, pero es una cruel realidad. Y hoy nos vamos a enfrentar con un núcleo de gente que tiene claro esto y quiere sacar la emisión monetaria. Y ahí estamos cocinados. Entonces, no hay más plata. Y en Tierra del Fuego no hay más actividad si esto se da”, advirtió.
“Hay que mirar el futuro con optimismo y esperanza”
Sin embargo se mostró optimista en cuanto a las capacidades de resiliencia del pueblo fueguino y en su inteligencia para buscar alternativas. “Creo que ante todo problema hay que tratar primero de tener tiempo para que nosotros podamos desarrollar una actividad y a su vez este tiempo también nos da la posibilidad de hacer una interconexión entre el pasado y el futuro. Cuando la ley nació, y esto lo digo como instrumento que fui en su momento de Tierra del Fuego con la ligazón con la Nación. Las actividades industriales que se pensaban, una era petroquímica. ¿Qué significaba la petroquímica? Se podía usar un elemento que tenemos en abundancia y que no se transporte al norte ya que no había ni siquiera gasoducto en aquel momento. Como ejemplo, Ushuaia no tenía gas, se usaba carbón. Venían los buques que pasaban por Río Gallegos, cargaban carbón y lo traían acá. Y después había gas envasado que se llamaba que venía en un buque gasífero desde Punta Arenas. Recién al principio de la década del ’80 se hizo la primera red de gas, pero usando primero gas envasado. He sobrevivido a tantas cosas y he vivido tantas hechos que veo la realidad de una manera distinta. La petroquímica era una actividad que era posible. La producción de gas te permitía venderle a gas a Chile para la petroquímica de Chile, incluso en su momento se construyó un gasoducto que lo hizo Techint y transportaban gas para Chile y se perdió en la década del 2012-2013 cuando no había gas en Buenos Aires y se suspendieron las exportaciones de gas, cuando paradójicamente el gas nuestro no podía ir a otro lado. Ni hicimos siquiera gestiones para que ese gas llegue a Chile. Inclusive del mismo Chile podíamos pasar más gas y podíamos tener acceso al continente porque por el ducto que tenemos en el Estrecho de Magallanes no pasaba más de un metro cúbico de gas. Entonces, eso es una actividad genuina que tenemos acá que se pudo haber ejecutado y se puede ejecutar todavía”, se esperanzó.
“Si nos dan tiempo, podemos generar infraestructura”
Aseguró que si es convocado por el nuevo gobierno nacional, iría a exponer las verdaderas dimensiones de la Ley 19640. “Yo convocaría a dos o tres personas de Río Grande o una persona de Río Grande y una persona de Ushuaia que tengamos vivencia en esto a exponer sobre nuestra promoción económica. El problema también acá está en la propia población que tiene que saber que no paga Impuesto a las Ganancias, no paga Impuesto al Patrimonio, no paga IVA, que tenemos sobrecostos inmensos en el transporte, que tenemos un sobrecosto inverosímil. Y nada más que probar cuánto vale un producto en Buenos Aires y cuánto vale acá. ¿Cuánto vale un kilo de naranja en Buenos Aires y cuánto vale un kilo de naranja acá? O sea, hay muchas cosas. Nosotros estamos mandando ganado en pie que lo mandamos a Río Gallegos y a Trelew y vuelve faenado de allá. De hecho, no es gratis todo eso”.
“Si nos dan tiempo, los propios inversores que tenemos acá tendrían que ayudar a hacer proyectos de ese tipo, como una planta frigorífica. Para hacer un proyecto, terminamos yendo a Buenos Aires. Yo siempre tengo en mi mente algo que me quedó grabado de por vida. Hace 60 años llegué aproximadamente a Ushuaia una vez y fui al Casino Oficial de la Base Aeronaval. Y hay un gran mural del centro de Buenos Aires con el obelisco en el centro del mural. Y hay una leyenda que atraviesa el mural que dice ‘Dios está en todas partes, pero atiende en Buenos Aires’.
“Si nosotros tenemos conciencia de eso, vamos a ver las diferencias que tenemos entre el centro de consumo y nosotros y los sobrecostos que tenemos para poder vivir. Es algo que hay que tener claro, la 19640 no es para los industriales solamente, es para la población que tiene el beneficio de la ley.
“No somos una provincia subsidiada”
“Me niego a esa palabra ‘subsidiada’ y la repudio totalmente. Nosotros recibimos una compensación por donde estamos viviendo, por nuestra condición de insularidad, por nuestras dificultades, por nuestra condición de distancia. Somos proveedores del norte de materia prima que utilizan ellos para transformar y luego las venden a nosotros. Es lo mismo que estoy hablando de los animales. Pagamos sobrecostos sobre elementos que no podemos pagar y esto es así. O sea, ¿cuánto vale el boleto del colectivo en Tierra del Fuego? y ¿cuánto vale el boleto en Buenos Aires? Entonces, ¿quién subsidia a quién? A nosotros nos están dando una compensación, no es un subsidio. La compensación se evalúa con el descuento de los impuestos. Es distinto, la población de Tierra del Fuego recibe una compensación, no una dádiva; la compensación por lo que nosotros hacemos a favor de la Nación”, contrastó Viaña.
En este punto remarcó el federalismo. “La Nación es la suma de las provincias, no es la dueña”
El entrevistado admitió las críticas de que los beneficios de la Ley 19640 no llegan a las puertas de la casa de los vecinos, salvo en la exención de un par de impuestos, y sin embargo ‘se los llevan otros’. “Ese es el error que hemos cometido, que no fuimos evaluando y transmitiendo. Cuando vos después llegás a tener ese hábito y la costumbre de haber recibido esa compensación, no la evaluaste nunca de cuánto representa de tu vida. Y yo digo, cuando llegué, acá había un diferencial en materia retribucional. La primera institución que lo introdujo fue la Policía fueguina y estaba relacionada su retribución con la de la Policía Federal y ese diferencial era el 100% por la zona, lo que terminó yendo a otros rubros también y hasta hay un diferencial en el sistema agropecuario también. Entonces, ¿cuál era el motivo? ¿Que es un capricho, una dádiva? No. Era producto de algo real que nos tocaba vivir”.
“Creo que ya el beneficio de zona tiene poco concepto como beneficio y encima se la absorben los precios. El beneficio zona fue un ejemplo en un momento que estaba todo dentro de una gran ensalada, pero a medida que transcurre el tiempo y las circunstancias, va llevando a un sistema retribucional diferencial que es la lógica además”.
“Cometimos el error de no informar a las nuevas generaciones”
Para Viaña, “el problema es que estamos todos confundidos en una ensalada muy difícil de cifrar, porque hay varios elementos que se tienen dando vueltas y los fueguinos, los más viejos, cometimos el error de no educar, de no hacer docencia sobre algo fundamental. Cometemos y seguimos cometiendo el mismo error. Hay dos cosas que son características. Recién hablábamos de una petroquímica en su momento, el objetivo principal y todo lo que implicaba. Desde hace 50 años a la fecha, la petroquímica todavía no está, si bien tenemos un proyecto, o por lo menos un cartel todavía del proyecto de una época (HIFUSA)”.
Preguntado sobre la propuesta de hace unos años de incluir en la currícula educativa el la enseñanza sobre la promoción económica fueguina y que solo quedó en un proyecto, el entrevistado dijo que “esos son los errores que cometemos por repetición. O sea, para facilitar las cosas cometemos ese error. Creemos que ayudamos simplificando las cosas y las complicamos. Hace poco -si bien ya estoy retirado-, me llamaron de la Escuela del Sur, de Ushuaia, invitándome a dar una charla a los chicos de quinto y sexto año. Es asombroso el interés que despertó, y hablé nada más de algunas cosas históricas que me tocó vivir, pero en algunos lados uno nota el asombro de comprender sobre las cosas que existen y que no se evalúan. Esto es cruel, pero es una realidad”.
“El futuro está en nuestras manos”
Consultado sobre si visión para el futuro cercano, Mariano Viaña confió que “Creo que nosotros debemos tomar conciencia de la situación que tenemos, que este régimen puede sufrir cambios y tenemos que estar preparados. Y uno de los elementos de la preparación consiste en hacer una evaluación de las cosas, de lo que tenemos, cómo viene, cómo sale. O sea, tener un análisis claro y de la posibilidad de sustituir con otras nuevas actividades. Mencioné la petroquímica, está también el frigorífico, está la industria de la madera. En el caso del frigorífico en Río Grande, con capacidad de exportación que hay que continuarlo y yo creo que se va a apretar los bolsillos, con un sistema financiero muy importante, y no se va a gastar más de lo que se tiene como ingresos. Es decir, se va a reducir la inflación, las posibilidades son positivas. Entonces, ahí tenemos que tener los proyectos listos para avanzar”.
En este punto el ex ministro de Economía habló sobre la importancia de pensar a futuro y mantener el optimismo a pesar de los desafíos. También mencionó las dificultades de vivir en una región remota y la necesidad de invertir en tecnología y educación. Además, destacó la importancia de valorar la historia y trabajar en conjunto para el crecimiento del país.
Apeló a “no esperar que se resuelva el tema, sino empezar a pensar con futuro. El optimismo es lo último que debemos perder, lo mismo que la esperanza. No podemos bajar los brazos”.
Puso como ejemplo de oportunidades desaprovechadas. “En el caso de la industria frigorífica, inclusive teniendo en cuenta nuestras condiciones, por ahí era más fácil utilizar la ley y faenar acá. Con el viejo frigorífico (CAP) tuvimos en un momento hasta posibilidades de faenar todos los ovinos que podían venir desde Malvinas y había otra serie de elementos, por ejemplo, a Malvinas se le podía proveer madera, una serie de cosas que podían ser muy positivas y prácticamente un sistema que era integrarlo a la cadena del país. Pero las cosas cambiaron, cuando se originó esto, era un pensamiento porque Malvinas era una zona franca, era un tipo de régimen. Nosotros éramos un régimen intermedio y la Nación era el continente. La insularidad era una colaboración porque se podían determinar con precisión las cosas”.
“Seguimos siendo ineficientes en la logística”
“Hay sobrecostos, sobre todo porque somos ineficientes en el sistema de transporte. Yo puedo decir que una de las ineficiencias sigue siendo el transporte. Cuando vinimos nosotros teníamos un sistema, en el caso de Río Grande, en el cual llegaban los ‘Luchos’ (buques de transporte que recalaban en el puerto de Río Grande, donde hoy está Prefectura Naval) cada 20 días ó 30 como máximo. Yo viví muchos años en Río Grande y para mí era una cosa normal. Hoy no ves un buque entrando a Río Grande”, lamentó.
En el caso de Ushuaia, “tampoco está altamente aprovisionada en la vía marítima, sino que sale y entra vía terrestre. Son 3.000 kilómetros de rodar un camión, todo a un costo importante. O sea, en otros países del mundo lo resuelven con los ferrocarriles, ponen contenedores arriba de los ferrocarriles con ruedas, como les llamo yo, esos semirremolques, y el chasis lo baja y se los lleva. Los barcos transportan los semis y cuando llega al puerto vienen los tractores y se los lleva”
“Me complace ser útil, a esta altura lo que me queda es esto, quiero colaborar como en aquel 1972 cuando propiciamos la Ley 19640. En esa norma colaboró todo el mundo, como los Rivero, los San Juan, los Arteche, los Vaquera, Nogar siendo intendentes, entre muchos otros. Era una cosa distinta”.