Jóvenes riograndenses ponderaron capacitación laboral municipal

Paula, joven que estudia en el CENS 18, dijo que “estamos en Orientación Laboral, ahí nos enseñan cómo desenvolvernos para ir a una entrevista de trabajo para podernos sacar los nervios”.

La joven confió que asiste a este curso por recomendaciones de su madre: “Mi mamá me dijo que tenía la posibilidad de poder hacer otra cosa aparte de trabajar de niñera o empleada hogareña. Me comprometí con ella a que iba a hacer este curso para tener otra salida laboral y poder desenvolverme de otra forma a la hora de presentar mi currículum”.

En este sentido reveló que en los cursos de orientación laboral “estamos aprendiendo, por ejemplo, Informática, en sus partes básicas, procesadores de texto, cómo armar una carta de presentación y hojas de datos”.

En tanto Juan, comentó que “estamos aprendiendo sobre el funcionamiento de las Aseguradoras del Trabajo, todo lo que tiene que ver con el Derecho. Es bastante interesante porque nosotros los jóvenes no teníamos ni idea sobre eso”.

Aseguró que “esto es aplicable a nuestros futuros trabajos, porque cuando vamos a solicitar algún empleo ya tenemos las bases necesarias y básicas para desenvolvernos”

Por hacer estos cursos, los jóvenes reciben un beneficio económico, y uno de ellos explicó que “si faltamos o abandonamos el curso perdemos el beneficio por lo que es un incentivo más para quedarnos y aprender. Es muy interesante esta capacitación para los jóvenes”.

Por su parte la capacitadora Mónica Díaz, integrante de la Oficina Municipal de Empleo, confió que brinda el taller de Orientación e Inducción Laboral “y lo que tratamos de hacer es justamente orientar a los chicos en la búsqueda de su futuro”.

Agregó que “el grupo de jóvenes que tenemos podríamos dividirlo en dos subgrupos: por un lado tenemos a los que son padres de familia y necesitan trabajar porque sino no lo hacen no comen, y por el otro lado tenemos a los chicos que si bien –como los del primer grupo- están tratando de terminar el secundario- no tienen hijos, viven en la casa de sus padres, tienen un cierto sustento económico que los respalda. Entonces se hace necesario trabajar de una manera con el primer grupo, darles las herramientas para que ellos en esta búsqueda de trabajo sea más leve y a los del segundo grupo, enfatizar en su orientación educativa, tenemos que tratar de que estudien, buscarle una orientación vocacional y guiarlos hacia su profesión”.

Gissella Pichunman, quien también pertenece al Taller de Orientación Laboral y a su vez integra la FUNIF (Fundación Integración Federal), precisó que “hay cuatro talleres que los chicos tienen que cursar durante dos meses en forma permanente. Tienen el Taller de Orientación Laboral, el de Derecho Laboral, el de Seguridad e Higiene en el Trabajo y el de Informática. Se pretende una educación global y bastante amplia para los chicos, que son necesarios y que tienen que tener en conocimiento, los chicos a la hora de salir a buscar un trabajo, encontrarlo y poder desenvolverse bien en esos aspectos”.

Todos estos chicos tienen entre 18 y 24 años y la intención del programa es lograr su terminalidad educativa y su inclusión al mercado del trabajo: “Nosotros lo que hacemos es estimular a que los jóvenes terminen su secundario y el que no lo está haciendo, termine de estudiar, porque hoy en día, para conseguir un trabajo, tienen que tener necesariamente el secundario terminado. En este caso, los chicos que asisten al taller, cobran 450 pesos mensuales mientras cumplan con las asistencias y cumplan también con el colegio donde cursan. En simultáneo es también una forma de garantizarles a los chicos que con esta contraprestación de los talleres, ellos van a tener una remuneración económica”.

Cabe recordar que la meta que se propuso el Municipio de Río Grande al suscribir este programa con la cartera nacional fue llegar a mil chicos, de los cuales actualmente lleva asistiendo a más de 850.