RIO GRANDE.- A partir del Decreto 1024/2024, firmado por el presidente Javier Milei y el ministro de Salud Mario Lugones, los medicamentos de venta libre estarán disponibles directamente en góndolas de las farmacias, permitiendo que los clientes los adquieran sin intermediarios. La medida busca facilitar el acceso a estos productos, pero ha despertado críticas en el ámbito farmacéutico por los riesgos que implica para la salud pública.
Bruno Moreno, farmacéutico titular de Farmacia Moreno de Río Grande, manifestó su preocupación ante esta normativa. “Tratar un síntoma con un medicamento sin supervisión profesional puede retrasar diagnósticos importantes y poner en riesgo la salud”, señaló, advirtiendo que la fiebre o el dolor, que a menudo se calman con analgésicos o antitérmicos, son señales de enfermedades subyacentes que requieren atención médica.
Entre los puntos críticos, Moreno destacó la falta de control en la conservación y transporte de los medicamentos cuando se venden como productos comerciales. “El blister no está preparado para soportar condiciones como altas temperaturas o la exposición a vapores tóxicos, y no sabemos si el producto será almacenado de forma segura”, explicó.
Además, el farmacéutico resaltó la importancia de la intervención profesional en las farmacias para evitar el abuso de medicamentos y reducir riesgos, como las intoxicaciones en niños, que disminuyeron un 40% tras el retorno exclusivo de estos productos a las farmacias.
El decreto establece que las farmacias deberán señalar claramente las góndolas de medicamentos y garantizar que los productos conserven sus propiedades. Solo podrán ser adquiridos por mayores de 18 años, previa presentación de DNI. Sin embargo, Moreno cuestionó esta lógica que indica que “esto promueve la automedicación, lo que contradice políticas sanitarias internacionales”.
Mientras el gobierno busca implementar la medida en un plazo de 60 días, el debate sobre sus implicancias para la salud pública sigue abierto. Desde el sector farmacéutico, insisten en que el acceso a los medicamentos debe estar respaldado por un enfoque profesional y no ser tratado como un simple intercambio comercial.