USHUAIA.- “La situación es crítica. El pago del aguinaldo todavía no lo tengo confirmado”. Estas fueron las declaraciones del ministro de Economía de la provincia, Francisco Devita. Estas afirmaciones generaron gran preocupación en toda la administración pública. La recaudación provincial y los fondos de coparticipación han caído en picada, dejando a la provincia con lo justo para pagar los sueldos mensuales.
En marzo, Tierra del Fuego recaudó 76 mil millones de pesos, una cifra que apenas alcanzó para cubrir los salarios, que rondan los 50 mil millones mensuales. “Estamos empatados”, afirmó Devita, y advirtió que una nueva baja en los ingresos “sería muy nociva”.
Según el ministro, la provincia necesita por lo menos 90 mil millones mensuales para sostener sus compromisos, cifra que no se alcanza desde enero. De no revertirse la tendencia o recibir asistencia extraordinaria desde Nación -que por ahora ha favorecido a otras provincias-, el medio aguinaldo de mitad de año estaría en riesgo.
Recortes, ajustes y búsqueda de auxilio económico
Ante este panorama, el Ejecutivo fueguino comenzó a aplicar medidas de ajuste y contención del gasto. Se suspendieron los viáticos para funcionarios, se están revisando contratos de locación, y se avanza en la reorganización del padrón de beneficiarios del subsidio al gas envasado (GLP).
También se revisan todos los contratos del Estado para priorizar servicios esenciales, mientras una mesa técnica interministerial analiza cada gasto en detalle para detectar posibles recortes o reasignaciones.
Además, el Gobierno mantiene reclamos activos a Nación por fondos adeudados, entre ellos las regalías del Fideicomiso Austral, cuyo monto asciende a unos 200 millones de dólares. La intención es lograr asistencia financiera que permita afrontar la crisis sin comprometer el salario de los trabajadores estatales.