Disímil postura de las seccionales de ATE ya inquieta a afiliados

Dos semanas de tregua. Eso fue lo que la Asociación Trabajadores del Estado (ATE) le brindó al Gobierno provincial antes de iniciar su período de reclamos tendientes a conseguir una mejora salarial para sus afiliados.

Hace ya un par de semanas, con Marcelo Córdoba a la cabeza, ATE Río Grande arrancó con las protestas y movilizaciones en la vía pública. Así, día por medio se hicieron presentes en el Ministerio de Trabajo, en la delegación de Gobierno y en la delegación del Ministerio de Gobierno.

En todos los casos, el planteo fue el mismo: que el Gobierno provincial le ponga fecha cuanto antes a la discusión salarial teniendo en cuenta que los desbarajustes de precios, la inflación permanente y la escalada del dólar amenazan con llevarse puesto el sueldo de los trabajadores.

De forma paralela, ATE Río Grande inició un sondeo de precios en supermercados e hipermercados para conocer el impacto real de la inflación en el bolsillo de los trabajadores, con un doble propósito: denunciar la remarcación permanente de los supermercados y tener un parámetro real que les permita llevar a la mesa de discusión un porcentaje acorde al incremento de precios.

Sin embargo, de a poco los afiliados al gremio estatal comenzaron a manifestar el desconcierto que les genera la actitud que en contrapartida ha asumido la seccional Ushuaia del mismo gremio, que pasa desapercibida desde que arrancó el 2014.

Los menajes en las redes sociales y en las líneas abiertas de las radios se multiplican y todos tienen, más o menos, el mismo eje conceptual: ¿Dónde está ATE Ushuaia? ¿Por qué sus dirigentes no se acoplan al reclamo de Río Grande?

Lo cierto es que por ahora, la posta la ha tomado la dirigencia sindical riograndense con una postura activa en las calles que, en efecto, se contrapone con la actitud asumida por Carlos Córdoba en la capital provincial.

Habrá que ver hasta dónde la dirigencia capitalina puede sostener este mutismo en el que están inmersos considerando que también será un factor desequilibrante la propia postura de los afiliados estatales que, cuando la cosa no dé para más, seguramente le harán saber a sus representantes que deben llevar adelante acciones más enérgicas.