RIO GRANDE.- El Dr. en Ciencias Biológicas Adrián Schiavini conversó con Radio Universidad 93.5 y Provincia 23 sobre las consecuencias de la presencia de guanacos en la provincia. Según el Dr. Schiavini, los guanacos representan un riesgo tanto para los que transitan por las rutas como para la producción ganadera, ya que consumen el forraje destinado a los animales de crianza.
En relación a la cantidad de guanacos en la provincia, el Dr. Schiavini mencionó que se realizó un relevamiento en 2017 por pedido de la provincia, financiado por el CFI. Este relevamiento se llevó a cabo mediante la utilización de fotografías aéreas y cálculos matemáticos para determinar la abundancia de guanacos en diferentes zonas. Según los resultados obtenidos en ese momento, se estimó una población de aproximadamente 50 mil guanacos en la isla grande, dentro del sector argentino. Sin embargo, señaló que los conteos realizados por Chile arrojaron números mucho más altos, aunque considera que estos números no son precisos y que están trabajando en conjunto para mejorar los conteos.
El Dr. Schiavini también mencionó que desde 2017 hasta la actualidad no ha habido grandes cambios en las poblaciones de guanacos. Destacó que los guanacos tienen depredadores naturales como el zorro colorado, pero la principal amenaza para ellos son los perros asilvestrados, especialmente durante el período de parición, cuando los chulengos (crías) son más vulnerables. Además, mencionó que la incidencia de enfermedades como sarcosporidiosis y sarna en los guanacos dificulta su consumo como carne.
En cuanto a la alternativa del consumo de la carne de guanaco, el Dr. Schiavini advirtió sobre las enfermedades presentes en la especie, como la sarcosporidiosis, que puede provocar problemas de salud si la carne no se cocina adecuadamente. También mencionó la presencia de sarna en los guanacos y su propagación a través de carnívoros como los zorros y perros.
El Dr. Schiavini señaló que la provincia de Santa Cruz considera al guanaco como una plaga y que ha cambiado drásticamente su forraje en los últimos 30 años debido al clima cada vez más ventoso, con menos precipitaciones y temperaturas más elevadas. Esta situación ha llevado a mirar con antipatía a cualquier animal que consuma forraje, incluido el guanaco.
En cuanto a las acciones y consultas por parte de los organismos estatales, el Dr. Schiavini mencionó que no ha habido una interacción significativa entre los científicos especializados y las autoridades provinciales y municipales en los últimos años. Además, destacó la importancia de contar con datos precisos sobre la extracción y uso del guanaco para tomar decisiones informadas y evitar un impacto negativo en las poblaciones futuras.