En esa línea, desde la Dirección de Atención Primaria de la Salud, dependiente de la Subsecretaria de Atención Primaria y Salud Ambiental, se informan algunas recomendaciones para padres y nos enseña pautas básicas a tener en cuenta ante posibles complicaciones renales.
¿Conocés la diferencia entre un riñón sano y uno enfermo?
Las enfermedades renales afectan a miles de personas en todo el mundo, por lo cual, es de fundamental importancia fomentar desde corta edad una alimentación saludable y variada, que limite las comidas procesadas y embasadas, con un alto contenido de sal y azúcar. También, se debe estimular la práctica de actividades físicas y deportivas.
Cuando se presenta en niños, las principales causas suelen ser defectos de nacimiento, enfermedades hereditarias, infecciones urinarias crónicas, recurrentes o renales. El Síndrome Urémico Hemolítico (SUH) es la causa más frecuente de enfermedad renal aguda y la segunda causa de enfermedad crónica en Argentina, llevando a veces a la necesidad de diálisis y trasplante en niños y adolescentes.
Algunos consejos:
La prevención se debe llevar a cabo desde el embarazo, por ello, se recomienda a los padres que soliciten controles prenatales, que prevean controles y programen seguimientos con el pediatra del niño. De este modo, se pueden detectar a tiempo algunas señales como, por ejemplo, la disminución del crecimiento.
Desde casa, debemos prestar especial atención si observamos una alteración del color o presencia de espuma en la orina de los niños, así también, si notamos una disminución o aumento marcado de la cantidad de la orina. Se debe tener especial cuidado en aquellos casos que presenten antecedentes familiares por enfermedades renales o donde existan casos de infecciones urinarias recurrentes.