PROVINCIALES

Crece el vandalismo en monumentos y bustos de la ciudad

A pesar de emplazarse en zonas abiertas y hasta en pleno centro de la ciudad, muchas estructuras históricas de Río Grande sufren pintadas y destrozos a la vista de todos. El busto a Eva Duarte de Perón, el monumento a Guillermo Brown y el busto a San Juan Bosco, un claro ejemplo del repudiable ataque al patrimonio histórico de la ciudad. 

Tres monumentos que sufrieron las consecuencias del vandalismo.
Tres monumentos que sufrieron las consecuencias del vandalismo.
Un monumento es un elemento, construcción o lugar que representa un gran valor histórico, patrimonial o arquitectónico y que es protegido por las leyes. Además, su carga simbólica es muy fuerte y está atada a la identidad del lugar donde se emplaza.

Sin embargo, en Río Grande, eso parece no importar. Así, se multiplican los monumentos, bustos y plaquetas conmemorativas que han sufrido sendos ataques vandálicos incluso en pleno centro, sin que se encuentren los responsables de semejantes ultrajes.

Una recorrida de delfuego noticias durante el fin de semana permitió observar faltantes, destrozos, pintadas y cuanto agresión pueda uno imaginar sobre las estructuras icónicas que se emplazan, generalmente, en zonas muy transitadas y a la vista de mucha gente.

Uno de ellos es el busto que recuerda a Eva Duarte de Perón, emplazado el inicio de calle Güemes, sobre la costanera riograndense y nada más que 100 metros del edificio municipal. Allí, el busto de Evita sufrió pintadas y le arrancaron una plaqueta conmemorativa.

En la zona, son frecuentes los homenajes a tan trascendente figura política y social argentina pero al parecer, el mantenimiento del espacio solo se realiza cuando se acerca la fecha de dejar al pie del busto una ofrenda floral.

Otro monumento que ha sufrido todo tipo de ataques es el que recuerda la figura del Almirante Guillermo Brown, padre de la Armada Argentina. Ubicado a metros del mástil central de la plaza que lleva además su nombre, la estructura sufrió sendas pintadas durante los últimos meses, algunas más ofensivas que otras.

En las últimas semanas, no conforme con emprender el ataque con pintura, personas desconocidas rompieron parte de la fisonomía del rostro de la estatua e intentaron arrancar algunas de las placas que fueron colocadas al pie de la figura, en otro monolito.

Por último, en otro punto de la ciudad, una figura religiosa con fuerte raigambre en la ciudad también sufrió las consecuencias de la desidia, la ignorancia y el desinterés. La figura que homenajea a San Juan Bosco luce avergonzada varias pintadas en el rostro pétreo.

El busto que recuerda al cura salesiano se ubica en avenida San Martín y Don Bosco, a pocos metros del acceso al barrio de la Armada Argentina. A pesar de estar en una zona descubierta, visible desde todas las esquinas, desconocidos sin ningún respeto por el patrimonio de la ciudad hicieron de las suyas.

Por otro lado, cabe preguntarse por qué motivo las autoridades municipales a cargo del mantenimiento de este tipo de estructuras no procedieron aún a la restauración de los monumentos mencionados que, como muchos otros, padecen no solo la falta de respeto de gente que no comprende el valor histórico de esas estátuas sino además la lentitud de los funcionarios a la hora de tomar decisiones.
 

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