Una vida plagada de éxitos, historias de toda clase y amores por doquier. Es un amigo de ley en el medio artístico y tiene marca registrada a la hora de cantar. Seguramente, de Cacho Castaña se puedan decir muchas cosas más y, tal vez, en el recorrido artístico todavía haya más desafíos por vencer. A punto de copar el teatro Maipo, donde se presentará esta noche y el lunes próximo con su espectáculo Tango y chamuyo,nos habla de su pasado vivido a 300 kilómetros por hora y su calmo presente, tras estar varias veces al borde la muerte. Un artista despojado de todo.
-Muchas veces hablaste de tu experiencia con las drogas, ¿por qué crees que caíste en ella?
-Por boludo, no por otra cosa. Es como cuando de joven agarrás el cigarrillo para hacerte el canchero y cuando te querés acordar estás hasta las pelotas. Gracias a Dios, salí del infierno. Ahora lo único que hago es decirle a los jóvenes que no se droguen, por favor.
-¿Pasaron muchas cosas en tu vida, pero recordás la primera y última vez que probaste drogas...?
-No, no, no, ni me acuerdo. Lo que más costó dejar es el cigarrillo, de la droga ni me acuerdo.
-De las personas que te quisieron ayudar y de las que te traicionaron, ¿te acordás?
-Sí, pero jamás me detengo en esta cuestión. Ahora, tengo un entorno de amigos hermoso. Después, de los que me fallaron ni me detengo a pensar. Por el contrario, me aparecieron amigos como Palito Ortega y Alejandro Lerner, dos grandes artistas y personas. Incluso, cálculo que con ellos antes de fin de años nos presentaremos en el Luna Park.
-En el festival de música electrónica Time Warp en Costa Salguero cinco jóvenes murieron,¿qué reflexión hacés al respecto?
-Yo estuve cerca de la muerte y no sé hasta cuándo seguirá esta historia que está cada vez peor. Tal vez, hay paliativos como que los padres estén más atentos a sus hijos, los controlen más y eviten las previas en sus casas.
-Hace poco dijiste que antes de separarte de Andrea, ya habías conocido a Marina, que fue la que te conquistó, ¿cómo lo hizo?
-Ella me mandó un bolso con café y una tarjeta con su teléfono. La llamé pensando que era una directora con lentes entrada en años. Sin embargo, me encontré con una rubia de ojos celestes y nos fuimos a tomar un café y somos felices.
-¿Qué te enamoró de ella?
-Apareció en un momento importante de mi vida, justo cuando estaba muy mal y me encontraba en la pendiente y en caída libre. Me rescató, me apuntaló, me ayudó muchísimo.
-¿Ella ha sido el pilar fundamental de tu recuperación?
-Totalmente. Además, también deseo rescatar a mi amigo Palito Ortega que me ayudó, que vino todos los días cuando estuve en coma. Palo me tomaba de la mano y me hablaba. La gente que rezó por mí también me ayudó muchísimo. El amor puede más que cualquier medicina.
-¿Quién fue la mujer que más recordás en tu vida sentimental?
-La que más recuerdo y la que más quiero es mí mujer actual, Marina, y si te digo otra... la tengo cerca y me va a agarrar a patadas -de fondo se siente la voz de ella que dice que es mentira-.
-Debutaste muy joven en la música y seguramente estarías con los nervios lógicos del principiante. Ahora, con muchos años de experiencia, volvés a los escenarios después de tres años de ausencia. En ambos extremos de la vida, ¿existe algún punto en común en cuanto a los nervios y las ansiedades previas a un show?
-La verdad son cosas distintas. Tras estar tres años alejado de los escenarios, estuve internado en coma, me operaron tres veces de la cadera y me pasó de todo. Es una sensación distinta.
-¿Qué podés contarnos del espectáculo Tango y chamuyo?
-Vamos a llevar a cabo un concierto más íntimo, con algunos tangos míos y con la compañía de la cantante Adriana Varela. En cuanto, "al chamuyo"hablaremos de aquello que se nos ocurra.
-El frustrado show en el Teatro Colón, tras varias postergaciones por razones de salud, ¿tenés ganas de concretarlo ahora?
-No sé, ahora no me quita el sueño.
-¿Qué otros proyectos tenés en mente a corto plazo?
-Pienso abrir el Café la humedad que será una peña de tango, en San Cristóbal, y el debut sería el 11 de junio, el día de mi cumpleaños.
-Con tanta fama, noche, mujeres y dinero, ¿te queda algún sueño por cumplir?
-Seguir, nunca me puse objetivos en esta carrera artística y quiero continuar viajando en el tren de la vida.
-¿Qué te hubiese gustado que la prensa te pregunte y jamás lo hizo?
-No sé, nunca me detuve a pensar eso y siempre fui honesto con los medios de comunicación.
-¿Te gustaría volver hacer algo en cine?
-Me encantaría. Igual, estoy muy feliz con el ciclo radial Café la humedad, que se emite los miércoles, de 18 a 20, por la Radio Ciudad. Es algo maravilloso, me encanta y no pienso largar y cada vez estoy más involucrado.
-¿Tenés ganas de grabar un nuevo material?
-No, no tengo ganas de grabar, ya grabé tanto que no tengo.
-¿Cómo está tu salud?
-Muy bien, hago kinesiología todos los días, fonoaudiología dos veces a la semana y como sano y estoy aburrido. [Risas] Está muy bueno.
-¿El viagra es el mejor invento que conociste en tu vida?
-Se consumen 80 millones por hora en el mundo mirá sino es bueno... [Risas].