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AVANZA LA LABOR

Brindarán detalles de las tareas de reparación del rompehielos Irizar

El jefe del proyecto de reparación y modernización del rompehielos, Capitán de Navío Ángel Antonio Cuccorese, develará la planificación y avances de la recuperación del emblemático buque, como parte de la Semana de la Antártida que se desarrolla en Ushuaia.

El emblemático buque se encuentra aún en etapa de reparación.
El emblemático buque se encuentra aún en etapa de reparación.
La misma será abordada el próximo miércoles 5 de octubre a las 18 en el salón de usos múltiples de la ex panadería del presidio.

El capitán Cuccorese estará acompañado por el actual comandante del rompehielos, el capitán de fragata, Fernando Rial; y el ingeniero Aníbal Cabrera de la Dirección de Casco, Electricidad y Máquinas Navales.

En la oportunidad se efectuará un racconto que tendrá su origen en el siniestro ocurrido en abril de 2007 cuando el fuego consumió el emblemático buque al regreso de una de sus misiones antárticas, en un incendio que comenzó en la sala de máquinas y tuvo en vilo a la sociedad por las alternativas del riesgoso rescate de sus casi 300 tripulantes y pasajeros.

Además durante la exposición se darán a conocer los pormenores y los avances de la obra de reparación que se llevan adelante en los astilleros Tandanor, uno de los más grandes astilleros de reparaciones navales en Sudamérica, con más de 100 años de experiencia.

Con el objetivo puesto en la política nacional antártica, se anticipa que cuando vuelva a surcar los mares antárticos el rompehielos tendrá un perfil diferente, dado que antes estaba destinado en su mayor parte al apoyo logístico de las bases en la Antártida y, en menor medida, se dedicaba a tareas de investigación científica. Con la reforma en marcha, se invertirán esas prioridades, por lo que contará con muchos cambios en las estructuras internas.

De acuerdo a los plazos que manejan el astillero, se espera que la Armada pueda operar de nuevo el Irízar en la campaña antártica de 2012-13.

Los trabajos en el buque comenzaron, efectivamente, en octubre del año pasado, cuando el Irízar ingresó en el dique seco. En ese momento, se quitaron más de 850 toneladas de acero naval. Por entonces, ya se había conseguido la aprobación del proyecto por parte de la Sociedad Clasificadora Noruega DNV.

Por el siniestro ocurrido hace cuatro años, quedó fuera de servicio el 70 por ciento del buque. Corrieron mejor suerte el sector llamado de habitabilidad, el edificio central donde están los camarotes y los puestos de mando, que resultaron intactos en el fuego expandido entonces desde la sala de máquinas.

Sin embargo, se optó por modificar también esa estructura para ampliar la capacidad de alojamiento y los sectores destinados a laboratorios científicos. De las 245 personas que podían navegar en el viejo Irízar se pasará ahora a una capacidad de 313 camas, mientras que el espacio destinado a la investigación aumentará de los 74 metros cuadrados existentes a un total de 415 metros cuadrados.

La expectativa se centra en que, línea de mantenimiento mediante, el rompehielos Irízar se mantenga en servicio al menos 20 o 30 años más.

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