TIERRA DEL FUEGO.- El cielo del sur del mundo se vistió de tonos vibrantes y cautivadores en las últimas horas, sorprendiendo a residentes y visitantes por igual. La presencia de las auroras australes dejó una estela de belleza en diversos rincones de Argentina, Chile y en las bases antárticas, capturando la atención de quienes tuvieron la suerte de presenciarlo.
El impactante fenómeno, desencadenado por una fuerte tormenta solar que afectó al planeta, se manifestó de manera especialmente intensa en Tierra del Fuego y la Antártida. Los cielos de estas regiones se llenaron de tonalidades rojizas, rosáceas y fucsias, brindando a los observadores locales la oportunidad de capturar imágenes espectaculares.
Según reportes de medios patagónicos, el espectáculo celestial también fue visible en ciudades como El Calafate y El Chaltén, en la provincia de Santa Cruz, mientras que el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) confirmó su aparición en la Base Orcadas, en el continente antártico.
Para el SMN, este día será recordado como histórico, especialmente en la Base Orcadas, ubicada en el Istmo de Ibarguren. Allí, las auroras australes iluminaron el cielo con tonos verdes y anaranjados, como lo demuestran las impresionantes fotografías capturadas por Milton Soria.
Destacando la rareza del evento, el SMN señaló que es el primer registro de auroras tan al norte de la Antártida, siendo más común observarlas en lugares como Belgrano II, mucho más al sur.
Sin embargo, fueron las imágenes tomadas en Ushuaia, la capital fueguina, las que más se difundieron en las redes sociales. Miles de personas salieron a las calles para presenciar y documentar este fenómeno celestial único, creando recuerdos que seguramente perdurarán en el tiempo.
Autora polar
El fenómeno conocido como aurora polar ocurre cuando la radiación cósmica del Sol choca con la magnetosfera de la Tierra, y puede ser observado en el cielo. Durante la noche en un hemisferio terrestre, donde se localizan las líneas del campo magnético del planeta, generado por su núcleo, esta radiación se acumula. Cuando esta acumulación alcanza su límite, se libera en forma de radiaciones electromagnéticas hacia la ionosfera, creando así las características luces de colores que componen la aurora polar.
Las auroras polares, también conocidas como aurora polaris, son manifestaciones de brillo o luminiscencia en el firmamento nocturno, típicamente visibles en regiones cercanas a los polos terrestres. Las partículas del viento solar viajan a velocidades que oscilan entre los 490 y 1.000 kilómetros por segundo. Esto significa que la radiación que impacta en la Tierra fue emitida aproximadamente dos días terrestres antes de su visualización como aurora.
La atmósfera terrestre, especialmente el oxígeno presente en ella, determina los colores que se observan en la aurora. Los tonos más comunes son el verde y el amarillo, aunque también pueden aparecer en tonos rojizos o violetas. En el hemisferio sur, este fenómeno es llamado aurora austral, mientras que en el hemisferio norte se le conoce como aurora boreal.
Tormenta solar
Lo cierto es que la Tierra enfrenta por estos días una embestida de una poderosa tormenta solar, la más significativa de las últimas dos décadas, según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA). Este organismo ha alertado sobre una intensa tormenta geomagnética, clasificada como G4, catalogada como la más severa desde el año 2005.
Una tormenta geomagnética, comúnmente conocida como tormenta solar, surge cuando el campo magnético terrestre es perturbado por una onda de choque generada por el viento solar, una explosión en la superficie del Sol.
Estas tormentas se califican en una escala del 1 al 5, siendo 1 la menos severa y 5 la que posee el mayor potencial destructivo. La reciente erupción solar máxima registrada por la NASA aumenta la posibilidad de una tormenta magnética en la Tierra.
En su apogeo, una tormenta G5, la más intensa, podría desencadenar el colapso de la infraestructura global, ya que las redes eléctricas mundiales, los satélites y los sistemas de navegación terrestre podrían quedar inutilizables, según informa un medio británico.
Durante esta semana, el Sol ha lanzado al menos cuatro o cinco de estas erupciones hacia nuestro planeta, y existe la posibilidad de que algunas de ellas se superpongan, intensificando aún más la magnitud de la tormenta.