Asustada por los escraches, las visitas de Ríos a la ciudad se volvieron fugaces

Ocho minutos duró la fugaz visita de la gobernadora Fabiana Ríos a la imponente obra que el Instituto Provincial de Vivienda (IPV) erige en el límite entre Chacra II y el barrio Mutual. Ni siquiera los más de 20 millones de pesos invertidos motivaron a la Mandataria fueguina para recorrer detalladamente el lugar.

El temor a un posible escrache pudo más. Y Ríos, que llegó al lugar acompañada por el titular del IPV, José Luis Del Giúdice, y por algunos colaboradores más, entró presurosa, saludó al pasar a los periodistas que allí la esperaban y subió las escaleras.

Minutos después, volvió a verse su figura y a paso veloz, salió del edificio para subirse rodeada de custodios a un auto con vidrios polarizados. El contacto con un par de periodistas que allí aguardaban fue breve, distante, pero con declaraciones que sin dudas generarán respuestas inmediatas.

Es que antes de retirarse de la obra del IPV, la Gobernadora de Tierra del Fuego aseguró sentirse “sorprendida” por la actitud de algunos bloques políticos que criticaron públicamente el aumento por decreto otorgado al Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación Fueguina (SUTEF).

Casi a los empujones, la custodia personal de la Gobernadora introdujo a la Mandataria dentro del vehículo, mientras algunos funcionarios de menor rango reclamaban a los escasos medios de comunicación presentes que permitieran la pronta partida de Ríos.

Lejos quedaron los tiempos donde una visita de la máxima autoridad política provincial podía prolongarse más de una hora. Parecen distantes los tiempos donde Ríos recorría las escuelas refaccionadas y hasta se tomaba el tiempo para dialogar con los obreros.

La coyuntura provincial y, sobre todo, la forma de encarar cada conflicto por parte de la propia Gobernadora de Tierra del Fuego alimentaron la distancia con quienes hasta no hace mucho había más coincidencias que reproches.