Ahora quieren informatizar el servicio de estacionamiento medido

Cuando restan menos de seis meses para que finalice la concesión del polémico servicio de estacionamiento medido, desde la Asociación de Ayuda al Discapacitado ‘Déjalo Ser, Déjame Ser’ anunciaron que se encuentra en estudio la implementación de un servicio informático que permitirá optimizar el cobro de la tarifa a los usuarios.

En declaraciones a Canal 13 de Río Grande, el representante de la entidad, Juan Cano, aseguró que “hemos pedido a una empresa que desarrollen un sistema donde todo nuestro personal pueda trabajar”.

“Va a ser mucho más fácil para todo el mundo. Creemos que sirve y se lo vamos a proponer al Municipio para que la gente que estaciona una hora, pague dos pesos y aquel que estaciona una hora y cinco minutos, no pague dos horas, sino darle cinco minutos de tolerancia en la segunda hora”.

En cuanto al servicio informático, el gerente de la firma NYTT, Gustavo Ortiz Uriburu, explicó que “la máquina a implementarse es una terminal portátil que está conectada a Internet, donde cada uno de los cobradores del sistema tiene una terminal portátil y la persona que tiene un auto se le entrega una tarjeta de proximidad que está cargada con distintos montos”.

“La persona le puede asignar saldo a futuro. La operatoria del sistema es simple: el conductor le entrega la tarjeta al cobrador y éste le informa al sistema acercando la tarjeta, la transacción va a un servidor central que le informa al cobrador si hay saldo existente”, explicó el empresario.

Además, señaló que “luego, a la salida, se procede de la misma manera. Cuando el conductor quiere dejar el estacionamiento, le entrega la tarjeta al cobrador, éste la acerca al sistema que lee y el servidor informa el estado de saldo de la tarjeta”.

Sin dudas, cualquier mejora que se plantee a un servicio es beneficiosa para los usuarios de esa prestación pero llamativamente, sorprende que desde la concesionaria del estacionamiento medido planteen estos cambios a poco de finalizar el contrato, sobre todo cuando la tolerancia de cinco minutos fue uno de los puntos más resistidos por la propia entidad.