El director del Santuario de Elefantes de Brasil, Scott Blais, expresó hoy que todo indica que la elefanta Pelusa, emblema del zoológico platense “está en la etapa final de su vida”.
Blais arribó a la ciudad para poder asistir y colaborar con los especialistas y veterinarios del Jardín Zoológico, el Santuario y la Fundación Franz Weber, quienes venían realizando un seguimiento del estado de salud del animal, que padece una enfermedad en sus patas traseras desde 2014.
El sábado, Pelusa se acostó luego de permanecer dos años parada, y ya no volvió a levantarse, por lo que los especialistas mostraron preocupación, ya que ello denota un desmejoramiento en su ánimo.
Desde la comuna montaron una carpa para proteger al paquidermo del rocío y del frío, lo cubrieron con mantas y entibiaron el ambiente con varios calefactores de pie. El equipo de profesionales se mantiene a su lado permanentemente.
El equipo veterinario del zoológico y los especialistas de la Fundación Franz Weber, con Scott Blaise al frente, advirtieron que “si ella no presenta signos de querer levantarse, no debe ser forzada a hacerlo; la experiencia en casos similares ha demostrado que ese curso de acción puede entrañar riesgo de muerte”.
Blaise sostuvo que “desde hace dos años no se puede recostar, lo que puede ser agotador para un elefante, causar más daño, más dolor porque no puede liberar la presión de sus patas”. Añadió que “antes de ayer a la mañana nos avisaron que Pelusa se encontraba en el piso. Parecía que finalmente era momento para dejarla reposar. Nuestra esperanza era que solamente necesitara descansar, que pudiera tener seis, ocho, diez o doce horas para relajarse y recuperarse, y finalmente recuperar sus energías para pararse”.
“Lamentablemente, esto no fue en la dirección que deseábamos. Ayer por la tarde comenzó a mostrar menor respuesta a los estímulos. Su torrente sanguíneo y los valores de los análisis comenzaron a desmejorar. En este punto, todo indica que el elefante está en la etapa final de su vida”, agregó.
Planteó que “ahora, nuestro objetivo es honrar a Pelusa. Ella es la razón por la que estamos acá. Tratamos de tenerla lo más confortablemente posible. Siempre puede haber un milagro pero en este punto creo que estamos ante los últimos días de Pelusa”.
El experto explicó que “este es el resultado del cautiverio: 50 años en este espacio que es completamente insuficiente ya que no permitió la estimulación física, psicológica ni emocional”, no obstante lo cual resaltó que “sus cuidadores están completamente dedicados a ella, la adoran, quieren hacer todo lo posible pero es muy difícil luchar contra lo que genera el cautiverio”.
Blaise sostuvo que “el deseo egoísta de querer ver animales en un zoológico, es lo que causa situaciones como ésta y no sólo con elefantes, hay muchos animales sufriendo en cautiverio”.