ARGENTINA.- Hace muchos años, cuando el trabajo y la fuerza laboral eran otros, se necesitaba un tipo de alimentación especial, porque el requerimiento energético era muy superior al actual, por eso se usaban cantidades muy grandes de azúcares, grasas de todo tipo, aceites, etc. El plato ideal para un comensal argentino rondaba, hace más de 50 años, las 4.000 calorías diarias.
En la actualidad se pasó de 4.000 a 2.000, ya que en este tiempo el trabajo en algunos sectores cambió rotundamente y trajo consigo uno de los grandes problemas de la actualidad, el sedentarismo.
“Ese cambio de 4.000 a 2.000 calorías diarias fue totalmente necesario, ya que es una realidad que cuando se trabajaba la tierra o se hacían trabajos de fuerza en el ambiente laboral, el gasto calórico era mayor. Hoy en día la gente camina menos, va al trabajo en transporte, la maquinaria reemplaza al hombre en varias industrias, se pasan muchas horas sentados frente a las computadoras, y por ende el requerimiento energético es menor”, dijo la nutricionista Clara Iturralde, de Cliníc Integral.
Los platos de la actualidad
Sergio Britos, director del Centro de Estudios sobre Políticas y Economía de la Alimentación (Cepea), definió la mesa actual de los argentinos como “monótona” y “de baja calidad nutricional”. “La monotonía tiene que ver con la presencia regular de muy pocos alimentos que concentran una proporción muy importante del bulto, de la cantidad total de alimentos que comemos. El 80% del total de calorías de energía que consumimos diariamente proviene de no más de 40 productos”. Britos enmarcó en el “top 10” de alimentos más consumidos por los argentinos a la papa, el pan, la carne, el pollo, la leche, la cebolla, el azúcar, la banana, el arroz y los fideos. “Son todos alimentos que se caracterizan por un aporte de hidratos de carbono fácilmente digeribles, de una calidad media o media baja”, explicó.
Diario Hoy entrevistó a Eduardo Ferraresi, nutricionista platense con más de 40 años de trayectoria, que señaló lo siguiente: “Sinceramente, está bien que haya cambiado la dieta, porque el mundo laboral y diario cambió, no podemos comer lo mismo que se comía hace 100 o 50 años. Por otro lado, resulta muy difícil hacerle entender a la gente la importancia de una buena alimentación, y más todavía cuando se le explica que tienen que comer frutas, verduras y hortalizas de estación, porque por algo la tierra nos da en ese momento eso, ya sea durante el frío o el calor. Además, algo que me parece irrisorio es que, teniendo internet como arma defensiva para sacarnos todas las dudas y poder tener una salud alimenticia plena, ni lo vemos. Todos caen en lo fácil y la comida chatarra hace estragos”.
La actualidad de las dietas
Desde el año 2000 a esta parte, se crearon fuertes movimientos en contra de la explotación animal de cualquier tipo, sobre todo si es para comerlos. El veganismo y el vegetarianismo cada vez ganan más adeptos, y de aquí hasta surgió una nueva categoría, los “flexitarianos”, donde entran quienes están disminuyendo su ingesta de carne, con la idea de eliminarla por completo en algún momento.
El porcentaje de veganos en Argentina es de alrededor del 1%. El de vegetarianos alcanza el 12% de la sociedad y, según precisó el director de Cepea, existe también otro 10% de “flexitarianos”, buscando virar hacia el veganismo o vegetarianismo.
Ferraresi opina acerca de estas nuevas dietas: “Particularmente no pienso que estén mal o bien, simplemente creo que si vas a llevar una dieta estricta a base de vegetales, frutas y hortalizas, incluyendo harinas y azúcares, pero sin ningún tipo de carne, sí o sí esa dieta tiene que estar controlada por un especialista, alguien que te diga qué cosas comer y cuándo, para que no bajen tus defensas y puedas seguir llevando una vida sana, que para tenerla es necesario una buena alimentación”.