ANTARTIDA ARGENTINA.- En un hallazgo preocupante, investigadores del British Antártida Survey anunciaron la detección de los primeros casos de gripe aviar en aves marinas que habitan la región de la Antártida.
La gripe aviar altamente patógena (Iaap) ha sido confirmada en poblaciones de skúa parda en la isla Bird, ubicada en Georgia del Sur, un territorio argentino que está ocupado por Gran Bretaña y que se encuentra en el extremo oriental de América del Sur y cerca de la Antártida.
Según el Servicio Antártico Británico, existe la creencia de que estas aves adquirieron la enfermedad durante su migración desde América del Sur.
La preocupación se centra en la rápida propagación de la enfermedad en densas colonias de aves y mamíferos en la región antártica, lo que podría tener un impacto significativo en la vida silvestre.
Este descubrimiento se produce después de que la red de expertos mundiales en influenza aviar, Offlu, (red de expertos en influenza aviar) advirtiera sobre el riesgo de propagación del virus HPAI H5 desde Sudamérica hacia el sur. Esto se basó en la migración primaveral de aves silvestres desde América del Sur a las áreas de reproducción en la Antártida. Offlu destacó el inmenso impacto negativo que esto podría tener en la población de mamíferos y aves silvestres en la Antártida debido a su posible susceptibilidad a la enfermedad y la presencia de densas colonias de animales en la región.
La gripe aviar es una enfermedad causada por infecciones que se producen naturalmente entre las aves acuáticas silvestres, y las aves infectadas pueden transmitir el virus a otros animales a través de la saliva y otras secreciones corporales. Dado que la Antártida y sus islas costeras albergan una gran cantidad de aves reproductoras, pinnípedos y cetáceos, existe una preocupación significativa sobre la posible propagación eficiente del virus en la región.
La Organización Mundial de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación y la Organización Mundial de Sanidad Animal fundaron Offlu en 2005, con el propósito de recopilar datos sobre virus y analizar patrones de enfermedades. Por su parte, el British Antártida Survey, encargado de las actividades científicas del Reino Unido en la Antártida, opera dos estaciones de investigación en Georgia del Sur, una de las cuales es Bird Island, donde se identificaron los casos confirmados.
Estos hallazgos se presentan en un contexto en el que varios países han experimentado brotes récord de gripe aviar en este año. Japón, por ejemplo, tuvo que sacrificar casi 10 millones de aves para contener la propagación de la enfermedad, lo que generó presión en el suministro de aves y un aumento significativo en el precio de los huevos. La comunidad científica y las autoridades se encuentran en alerta para monitorear y gestionar esta preocupante situación en la Antártida.