BUENOS AIRES.- Javier Milei asumió este domingo como nuevo presidente de la Argentina tras recibir los atributos en el Congreso de la Nación. En la ceremonia de juramento ante la asamblea legislativa también se confirmó a Victoria Villarruel como la nueva vicepresidenta.
Y fue Cristina Fernández de Kirchner, la vicepresidenta saliente, quien tomó el mencionado juramento a las autoridades, en una postal que quedará en la historia por las visiones del país contrapuestas que representaban sus protagonistas.
"Yo, Javier Milei, juro por Dios, por la Patria y por estos Santos Evangelios desempeñar el cargo de presidente de la Nación Argentina", dijo el fundador de La Libertad Avanza cuando faltaban pocos minutos para las 12, abriendo paso al grito de "¡libertad!" con el que sus adeptos hicieron tronar el recinto.
El discurso de un hombre preocupado
Después del nombramiento, se esperaba que Milei rompiera el protocolo tradicional y hablara ante la militancia en las escalinatas del Congreso en lugar de dirigirse a los legisladores, como venía ocurriendo desde la recuperación de la democracia en 1983. Y así lo hizo.
"Hoy comienza una nueva era -arrancó el presidente-. Damos por terminada una larga historia de decadencia y comenzamos la reconstrucción de nuestro país. Los argentinos de manera contundente han expresado la voluntad de cambio que ya no tiene retorno".
Y siguió: "Hoy enterramos décadas de fracaso y peleas intestinas. Comienza una nueva era de paz y prosperidad, crecimiento y desarrollo, libertad y progreso".
"Así como la caída del Muro de Berlín marcó el final de una época trágica, estas elecciones marcan un punto de quiebre en nuestra historia", analizó Milei
Milei recordó la independencia argentina y "las ideas liberales que inspiraron a la Constitución de 1953".
"Esas ideas hicieron que pasáramos de un país de bárbaros a ser la primera potencia mundial (...) Luego, durante más de 100 años, los políticos apelaron a un modelo empobrecedor (...) que considera que la tarea de un político es dirigir la vida de los individuos y considera al Estado como un botín de guerra a repartir entre los amigos. Ese modelo ha fracasado. Así como la caída del Muro de Berlín marcó el final de una época trágica, estas elecciones marcan un punto de quiebre en nuestra historia", resaltó el mandatario entrante.
"Ningún gobierno -enfatizó- ha recibido una herencia peor a la que estamos recibiendo. El kirchnerismo, que se jactaba en sus inicios de tener superávit, hoy nos deja déficit por 17% del PBI (...) La solución implica un ajuste en el sector público nacional de 5 puntos del PBI que por primera vez caerá casi totalmente sobre el Estado y no sobre el sector privado".
En otro tramo, acusó a la administración de Alberto Fernández de "haber dejado plantada una hiperinflación", y anticipó que es prioridad evitarla, porque podría llevar la pobreza por encima del 90%.
Milei anticipó una política de shock
"No hay alternativa al ajuste", dijo Milei, y recalcó que actualmente hay 45% de pobreza y 10% de indigencia. En consecuencia, el presidente electo anticipó una política de shock porque "no hay plata" para encarar reformas gradualistas.
"No hay alternativa -repitió-. Naturalmente, eso impactará de manera negativa en la actividad económica, la cantidad de pobres e indigentes. Habrá estanflación, pero eso no es algo tan diferente a lo que viene ocurriendo en los últimos años. Es el último mal trago para comenzar la reconstrucción de Argentina".
En cuanto a la política de Seguridad que llevará adelante, y mientras de fondo se escuchaban gritos a favor de la Policía, Milei anticipó que se terminó "el siga siga" respecto al vínculo con la delincuencia y el narcotráfico.
Sobre la educación y el presente de las infancias, el orador subrayó: "6 millones de chicos se irán esta noche a dormir con hambre (...) Sólo el 16% de los estudiantes se reciben en tiempo y forma en nuestras escuelas. A su vez, el 70% de los que sí terminan no puede resolver un problema de matemática básica o comprender un texto".
"En salud el sistema está colapsado (...)", reseñó Milei, y criticó la política del "Estado presente" que se aplicó durante la pandemia.
"La situación es crítica y de emergencia. No tenemos margen para discusiones estériles. Nuestro país exige acción inmediata. No buscamos ni deseamos las duras decisiones que habrá que tomar, pero lamentablemente no nos han dejado opción. Vamos a tomar todas las medidas necesarias para corregir las consecuencias de un siglo de despilfarro", continuó.
Asimismo, se refirió a los planes sociales, y advirtió que a partir de ahora "el que corta (calles) no cobra".
En cuanto a su vínculo con otros sectores de la política, el liberal advirtió: "No venimos a perseguir a nadie. Venimos con un proyecto de país (...) Y recibimos con los brazos abiertos a todos los dirigentes que quieran sumarse a una nueva Argentina. No importa de dónde vengan o lo que hayan hecho antes, sino hacia dónde quieren ir".
La instancia más "mística" de la alocución fue cuando el economista destacó la coincidencia de su asunción con la fiesta judía de Janucá, o la "Fiesta de las Luces", que se conmemora desde el 7 de diciembre y dura 8 días.
"Una de las lecciones de esta celebración es que para alcanzar la victoria no importa cuántos soldados haya en la batalla", reflexionó el dirigente, antes de un final que recuperó ese tono épico.
"Que las fuerzas del cielo nos acompañen. Será difícil, pero lo vamos a lograr ¡Viva la libertad carajo! A ponerse de pie que vamos a salir", cerró su discurso Milei.