BUENOS AIRES.- En un movimiento estratégico, el Gobierno Nacional estaría cerca de concretar la compra de 24 cazas F-16 MLU procedentes de la Real Fuerza Aérea de Dinamarca para modernizar la Fuerza Aérea Argentina. Aunque la confirmación oficial aún no ha sido emitida, fuentes autorizadas del Ministerio de Defensa han indicado que las negociaciones avanzan de manera positiva.
Desde el cambio de gestión y la asunción del nuevo Ministro de Defensa, Luis Petri, el gobierno argentino ha estado inmerso en conversaciones con Estados Unidos para la adquisición de estos cazas. La designación del Brigadier General Xavier Isaac al frente del EMCOFFA ha brindado continuidad a las gestiones, destacando su liderazgo en el análisis de propuestas para el futuro caza supersónico de la Fuerza Aérea Argentina.
Aunque inicialmente se consideraron opciones como el FC-1 Xilanlong (JF-17 Thunder Block III) de China y el HAL Tejas de la India, la propuesta de Estados Unidos ha ganado terreno en los últimos meses. La autorización para transferir F-16 Block 10 y Block 15 a Argentina, junto con la aprobación del Congreso estadounidense para la adquisición de aviones P-3C/N de Noruega, han fortalecido la posición de las negociaciones.
El relanzamiento del vínculo diplomático entre Buenos Aires y Washington ha propiciado un avance sostenido en las gestiones, según fuentes del Ministerio de Defensa. El gobierno estadounidense ha demostrado una excelente predisposición para concretar la operación, incluso considerando mejoras en aspectos financieros y de mantenimiento.
Se ha planteado la posibilidad de establecer un Centro de Mantenimiento Logístico para la flota de Fighting Falcon de la Fuerza Aérea, así como la opción de fabricar localmente algunos componentes de los cazas. Aunque las autoridades han mantenido cautela, se han discutido también otros sistemas de armas necesarios para las Fuerzas Armadas Argentinas.
A pesar de estos avances, el Gobierno Nacional evalúa detenidamente los detalles para realizar un anuncio oficial. La delicada situación económica del país y el impacto a nivel local, regional e internacional de esta adquisición, considerada la más importante en lo que va del siglo XXI para las Fuerzas Armadas, son factores que influyen en la toma de decisiones. La compra pondría fin a una saga de casi 10 años desde la baja del sistema de armas Mirage/Finger.