ARGENTINA.- La muerte de un mono en Brasil, muy cerca de la frontera con el Sur de Misiones, por fiebre amarilla, una vez más encendió las alarmas sanitarias en esa provincia y también en Corrientes, donde se decidió intensificar la vigilancia epidemiológica.
El Centro Estatal de Vigilancia de Salud de Rio Grande do Sul, en Brasil, halló al primate muerto en la localidad de Parada Cristal, cerca de Caxias do Sul, una ciudad que está a 550 kilómetros de la frontera con Argentina.
Durante su revisión sanitaria animal, las autoridades sanitarias brasileñas habían reportado hasta junio pasado la muerte de 73 monos en 26 municipios. De ese total se tomaron muestras en 66 de los animales y sólo en dos de ellos se detectó el virus de la fiebre amarilla, de los cuales uno murió.
Hacía 5 años que no se presentaban casos de esta enfermedad en animales y 14 en humanos, lo que obligó a los expertos sanitarios a reforzar el monitoreo y se solicitó a los pobladores rurales que comuniquen la aparición de monos muertos o enfermos.
Vacunación y otras medidas preventivas
“Tenemos conocimiento de un solo animal fallecido y desde el pasado 2 de agosto se comenzaron a reforzar las medidas preventivas. Más que nada debemos transmitirle tranquilidad a la población ya que la vacuna contra la fiebre amarilla está dentro de nuestro calendario de vacunación. La población debe estar tranquila, ya que en la provincia hay vacunas”, aclaró la directora de la Zona Sur de Salud de Misiones, María Silvia Rodríguez, tras la muerte de un mono sospechoso de la enfermedad en Brasil.
“Ahora lo que se activó es el protocolo de control y alerta para así estar tranquilos y prevenidos si esto avanza. Las personas que quieren viajar a Brasil y quieren vacunarse deben hacerlo 10 días antes de hacer el viaje, así logran la inmunidad necesaria contra esta enfermedad”, agregó la profesional, en declaraciones, quien añadió que “los que quieran vacunarse pueden acercarse a un centro de salud en cualquier punto de Misiones y aplicarse la dosis correspondiente”.
La vacunación contra la fiebre amarilla es un proceso esencial, y la doctora detalló que “la primera dosis se administra entre los 12 y los 18 meses, seguida de un refuerzo a los 11 años. Si una persona mayor de 2 años no ha sido vacunada, se debe aplicar una sola dosis para obtener inmunidad de por vida”.
En cuanto a posibles contraindicaciones, mencionó que las personas con fiebre y mujeres embarazadas deben consultar a un médico antes de vacunarse. “Continuamos educando a la población sobre la prevención, utilizando repelentes, ropa adecuada y eliminando recipientes de agua que puedan ser criaderos de mosquitos”, pidió la experta.