ARGENTINA.- “El resultado de nuestro estudio es muy novedoso porque históricamente y en la mayoría de los libros de biología se dice que las larvas de Aedes aegypti respiran únicamente oxígeno atmosférico. Nuestro trabajo aporta evidencia útil para las estrategias de control de este mosquito”, señaló Agustín Alvarez-Costa, uno de los autores del estudio publicado en la revista Insects
“Un aspecto interesante del trabajo es que analizó experimentalmente el consumo de oxígeno, bajo distintas condiciones, lo que nos permitió demostrar que las larvas completamente sumergidas pueden realizar intercambio gaseoso con el medio acuático, garantizando así su supervivencia”, agregó por su parte Soledad Leonard, investigadora del Conicet.
Para realizar el experimento, los investigadores sumergieron larvas en agua dentro de unos frascos cerrados con sensores de oxígeno y sin acceso a aire atmosférico. Para su sorpresa, estas “sobrevivieron varios días” demostrando que eran capaces de obtener el oxígeno disuelto en el agua.
“Si bien las larvas sumergidas a 35 °C vivían poco, alrededor de 10 días; en condiciones de 25 °C llegaban a vivir alrededor de 30 días, y a 15 °C llegaron a vivir más de 50 días”, puntualizó Alvarez-Costa.
El equipo de investigación también colocó larvas en acuarios donde tenían acceso tanto a oxígeno del agua como atmosférico y cuantificaron la cantidad que respiraban. “Lo que vimos es que alrededor de un 13% del oxígeno las larvas lo obtienen del agua y un 87% lo obtienen del aire”, indicó el investigador del CONICET.
Según detallaron desde el organismo, las hembras de los mosquitos Aedes aegypti depositan sus huevos en baldes, contenedores y recipientes artificiales que se llenan de agua. Del huevo se desarrolla la larva, la pupa y después el mosquito adulto volador.
En ese marco, recordaron que una de las principales medidas de protección para evitar la proliferación de los mosquitos del dengue es tratar de evitar tener lugares que acumulen agua en el entorno porque se crían en recipientes artificiales como latas, baldes, cacharros, lonas y otros elementos.
Ante esto, destacan que “si bien nuestros resultados nos llevan a desestimar la efectividad de ciertos mecanismos de control de larvas, también nos indican que el oxígeno atmosférico es necesario para completar el proceso de muda y desarrollar en pupas, y que hay un efecto importante de la temperatura en la supervivencia. Conocer estos aspectos claves de la biología de los mosquitos nos va a permitir desarrollar nuevas estrategias de control”, puntualizó Leonardi.