El iceberg A68, que cubría un área de casi 6.000 kilómetros cuadrados, ha desaparecido. El A68, que pesaba un billón de toneladas y tenía superficie de unos 5.800 kilómetros cuadrados, dos veces mayor a Luxemburgo, se desprendió de la Antártida en julio del 2017 y empezó a ir a la deriva en dirección norte por una zona de influencia de la corriente del Labrador conocida como el Callejón de los icebergs.
En las imágenes tomadas el año pasado por un avión de transporte perteneciente al Ministerio de Defensa del Reino Unido, se observó que el iceberg más grande del mundo se había derretido 1.800 kilómetros cuadrados en los últimos 3 años.
El iceberg se rompió en fragmentos cada vez más pequeños a unos 225 kilómetros al noreste de Georgia del Sur. Cuando el trozo más grande que quedaba del A68 medía unos 3x2 nanómetros, el Centro Nacional de Datos de Nieve y Hielo de EE.UU. consideró que ya no valía la pena seguir monitoreando los restos.
Adrian Luckman, glaciólogo y profesor de Geología de la Universidad de Swansea en Reino Unido, afirmó al medio The Independent que es sorprendente que el A68 haya tardado tanto en derretirse. "Cuando se desprendió por primera vez, el iceberg A68 era unas 400 veces más largo que grueso, una forma muy diferente a la que normalmente se imagina un iceberg", dijo el experto. "Esperábamos que no pasara mucho tiempo antes de que A68 se rompiera en trozos más pequeños, pero en realidad pasaron varios años y varios cientos de kilómetros a la deriva antes de que lo hiciera", explicó.
El especialista señaló que aunque el desprendimiento y la desaparición de un solo iceberg como el A68 no pueden atribuirse directamente al cambio climático, "la pérdida de hielo alrededor de la Antártida, que se ha multiplicado por cinco desde la década de 1990, es sin duda el resultado de los cambios en el calor y la circulación de los océanos".