JAPÓN.- En mayo de 2018, completé mis estudios de maestría como becaria de Rotary pro Paz en la Universidad Cristiana Internacional en Japón. Mientras esperaba el día de mi graduación, comencé a pensar en dónde poner en práctica todo lo aprendido. Una mañana me desperté con un nuevo, inesperado y magnífico pensamiento: ¡viajar! Y la palabra “Toscana” resonó en mi cabeza.
Intrigada, me puse en contacto con un amigo en Italia que me sugirió caminar la Via Francigena, un camino milenario recorrido por miles de peregrinos y peregrinas desde la Edad Media. Al estudiar y leer más sobre este antiguo camino, sentí que era el lugar perfecto para reflexionar y encontrar respuestas. Y así fue. Después de graduarme, hice los preparativos necesarios y comencé mi viaje.
La Via Francigena
La Via Francigena en Italia comienza en el pasaje de San Bernardo, a 2000 metros sobre el nivel del mar y a 1000 kilómetros de Roma. Mi fiel mochila de 7 kilogramos y yo caminamos entre 18 y 34 kilómetros por día. Atravesé pueblos, ciudades, viñedos y bosques. Subí montañas y bajé a las llanuras, disfrutando de días soleados y también soportando días fríos y nublados. Dormí en abadías, parroquias y otros hospedajes. En cada nuevo punto de llegada, puse un nuevo sello en mi pasaporte de peregrina.
Magdalena Zurita
A veces caminaba con otras personas. Pero otras veces caminaba sola, contemplando mis virtudes y defectos, mis esperanzas y sueños. A medida que avanzaba, me volvía más fuerte y aumentaba poco a poco mi ritmo. Disfrutaba de las sorpresas inesperadas: risas y canciones con otros peregrinos y peregrinas; las pastas y los espressos italianos; y el regalo de extraños que aparecían de la nada para ofrecerme agua cuando no tenía nada para beber.
Al caminar, siempre recordaba el gran sueño que me había llevado a Japón: el de trabajar por un mundo más justo y más unido. Y día a día, conecté ese sueño con los miles de recuerdos e ideas que surgieron de mis estudios sobre la promoción de la paz y la construcción de alianzas. Paso a paso, sin darme cuenta, estaba construyendo mi próximo camino.
Finalmente, mi mochila y yo llegamos a Roma. Y allí recibí un gran regalo: la inolvidable oportunidad de encontrarme personalmente con el Papa Francisco. Y, desde ese momento, nuevos descubrimientos. Empecé a entender mi vida como un camino que se construye, paso a paso, entre subidas y bajadas. Empecé a caminar más “hacía dentro mío”, entre meditaciones y oraciones diarias. E inicié un camino “hacia fuera”, junto a más de 10 organizaciones de Argentina, Perú e Italia, promoviendo alianzas estratégicas y el acompañamiento de sus proyectos humanitarios y ambientales.
Poco a poco, comencé a asentar las bases de un nuevo desafío al que llamo Suyai – “Esperanza” en el idioma del pueblo Mapuche de la Patagonia. Una organización en construcción que busca ser una aceleradora de proyectos de paz por medio de la promoción de alianzas estratégicas entre individuos e instituciones comprometidas con las personas y la naturaleza en riesgo. Este nuevo camino, que me acerca más a mi sueño, no hubiera sido posible sin Rotary International: la organización que creyó en mí, contribuyó a mi educación y me inspiró a caminar por la paz. ¡A caminar!
Magdalena Zurita es originaria de Cañadón Seco, un pueblo de 700 habitantes en el sur de la Patagonia Argentina. Becaria de Rotary Pro Paz de la International Christian University (ICU) de Tokio, Japón, donde se graduó con honores como Magister en Estudios de Paz en junio de 2018. Ha sido también estudiante de intercambio de Rotary Internacional en Dinamarca en el año 2006. Magdalena se ha desempeñado como asesora, coordinadora y directora de programas y proyectos de empleo en el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, Argentina; pasante en la asesoría económica de la Vicepresidencia del Estado Plurinacional de Bolivia; coordinadora del departamento de relaciones con la comunidad en la ONG Internacional Mensajeros de la Paz; consultora en el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo; y profesora asistente en universidades de Japón y Argentina. Además, ha realizado voluntariados en Benin, Argentina y Perú, y una reciente peregrinación de 1000 km – Via Francigena – en Italia, experiencias que han contribuido especialmente a su desarrollo personal. Su propio proyecto de fundación futura (en construcción) – www.suyaiproject.com – es una iniciativa que buscar ser una aceleradora de proyectos de paz a través del fomento de alianzas estratégicas entre personas e instituciones comprometidas con las poblaciones y naturaleza en riesgo.