México.- Rafael Caro Quintero, El Narco de Narcos, recientemente cumplió 68 años y aún cuando pasó casi tres décadas encarcelado, el gobierno de Estados Unidos lo tiene en la mira y le ha fichado por diversos canales como la Interpol, el FBI y la DEA. La recompensa por datos que lleven a su captura ronda los 20 millones de dólares.
Encabeza la lista de los fugitivos más buscados de la Administración de Control de Drogas (DEA), también está entre los primeros 10 objetivos de la Oficina Federal de Investigación (FBI) y tiene una ficha roja en la Policía Internacional (Interpol). Es el único mexicano que figura en los tres portales.
El gobierno norteamericano asegura que Caro Quintero volvió a sus actividades en el narcotráfico. Pero en una entrevista concedida en 2016, el capo pidió que le dejaran en paz, pues estaba cansado de huir, y afirmó que no volvió al negocio.
“Caro Quintero es miembro del Cartel de Sinaloa y se sabe que frecuenta la zona de Badiraguato en Sinaloa, México”, dice la ficha del FBI. En el top ten de esta dependencia igual figura el recién incluido José Rodolfo Villareal Hernández, capo ligado a los Beltrán Leyva.
Está acusado de cuatro cargos relacionados con el crimen organizado, conspiración para cometer delitos violentos, secuestro de un agente federal, así como el crimen de asesinato por este caso. Es requerido por la jurisdicción central de California, de acuerdo con la DEA, que lo fija como objetivo prioritario.
En los ocho más buscados por la DEA también están Ismael Zambada García, el Mayo, imputado de 14 cargos federales por narcotráfico, asesinato y secuestro. También figura Nemesio Oseguera Cervantes, líder del Cártel Jalisco Nueva Generación por quien la agencia ofrece 10 millones de dólares por datos que lleven a su arresto. En esa relación selecta figura un poco más abajo, Jesús Alfredo Guzmán Salazar, hijo y heredero de Joaquín Guzmán, el Chapo.
(Enrique "kiki" Camarena)
De los 54 mexicanos biscados por la Interpol, Caro Quintero figura en la primera página que muestra a los 20 objetivos.
En los últimos dos meses, una guerra en Sonora ha mostrado el resurgimiento de Caro Quintero, videos, narco mantas, publicaciones y asesinatos han sido los indicadores. Presuntamente, El Narco de Narcos lideraría una célula llamada Cártel Caborca, que a su vez está en disputa de la plaza contra Los Durangos, facción ligada a los Chapitos, hijos de Guzmán Loera. Esto confirmaría la versión del gobierno estadounidense sobre las actividades del capo.
Tiene la piel con marcas de viruela. Nació en la Noria, Badiraguato, su padre era campesino y él aprendió el oficio hasta que trabajó como chofer y se involucró en el narcotráfico. De sus ganancias compraba fincas para ampliar las cosechas de marihuana.
Fue Pedro Avilés, primer capo de capos mexicano en transportar marihuana por avionetas a EEUU, con quien afianzó sus redes en el narco. De ahí conoció a Ernesto Fonseca Carrillo, Don Neto, y a Juan José Esparragoza Moreno, El Azul. Con sus socios sobornaron a agentes federales para mantener las operaciones sin intervención.
Después conoció a Miguel Ángel Félix Gallardo, el Jefe de Jefes, y junto con Don Neto, fundaron el poderoso Cártel de Guadalajara, llamado así por la ciudad en que residían los capos. Aquél grupo, según cálculos del gobierno estadounidense, permitió que Caro Quintero acumulara una fortuna de más de USD 500 millones.
También era conocido como El Príncipe por la ropa ostentosa y los lujos que lucía. De aquel campesino no quedaba sino el pasado, pues empezó a independizarse de su familia entre los 14 y 18 años, al buscarse la vida como el mayor de tres hermanos.
A inicios de 1980, El Narco de Narcos forjó un imperio, pero fue entonces que la DEA comenzó a seguirle la pista con mayor interés. Uno de los golpes más notables al negocio sucedió en su rancho el Búfalo, donde fueron destruidas más de 10 mil toneladas de marihuana, causándole pérdidas millonarias.
Tras indagar sobre los responsables del operativo, Don Neto y El Príncipe dieron con un agente infiltrado de la DEA, Enrique, Kiki Camarena Salazar. Los capos planearon el secuestro del funcionario y tras interrogarlo mediante tortura por dos días, Kiki Camarena fue asesinado en marzo 1985 junto con el piloto mexicano Alfredo Zavala Salazar.
Luego de eso, el gobierno de EE.UU. montó la Operación Leyenda para detener a los miembros del Cártel de Guadalajara. Caro Quintero huyó a Costa Rica, donde fue arrestado en abril de 1985. Tras ser extraditado a México, fue juzgado y condenado a 40 años de prisión, pero en agosto de 2013 un tribunal ordenó su liberación. Desde entonces ha esquivado a la justicia y se desconoce su paradero.