Nueva Zelanda se ha convertido en el primer país del mundo en aprobar una ley para la eutanasia mediante referéndum. Lo hizo el pasado 17 de octubre, y la propuesta contó con un 65,2% de aprobación en las urnas. Aunque el derecho a una muerte asistida es legal en otros países como Holanda o Bélgica, el país oceánico ha sido el primero en aprobar esta medida, que entrará en vigor el 6 de noviembre de 2021, consultando directamente a la población.
A partir de esta fecha, por tanto, se considerará legal que un médico suministre una droga letal a un paciente, siempre que sea mayor de edad, víctima de una enfermedad terminal, con menos de seis meses de vida por delante, y con el requisito indispensable de que el paciente lo pida de forma consciente y voluntaria. Además, esta medida tendrá que pasar por el visto bueno de dos médicos.
Hoy hemos invitado a La Ventana a Javier Velasco, presidente federal de la asociación ‘Derecho a Morir Dignamente’, para que nos hable sobre las potenciales implicaciones que esta noticia tiene en el avance de la ley de la eutanasia en España, que ahora mismo se encuentra en proceso parlamentario. Según su opinión, lo más relevante de la aprobación es “el inmenso apoyo ciudadano que ha tenido”. Un apoyo que, de plantearse un referéndum sobre esta cuestión en España, podría ser incluso mayor, ya que el último sondeo de Metroscopia al respecto resultó con un 87% de españoles a favor de la muerte asistida.
“Sin embargo”, lamenta Javier, “en nuestro país no hay tradición de referéndum”. Y aunque insiste en que “un apoyo tan mayoritario debería llevar a algún consenso, sigue siendo un tema muy sensible a nivel político”. La causa, según sus palabras, son las “presiones de grupos muy pequeños pero con mucho poder como la jerarquía eclesiástica y algunos grupos extremistas, a los que los partidos tienen miedo”.
En cuanto a las garantías que propone la aprobación de esta ley en Nueva Zelanda para su homónima española, Javier considera “casi sin lugar a dudas”, que 2021 será el año en que por fin se apruebe esta norma. Por otro lado, destaca que desde el inicio de la pandemia han aumentado las consultas a su asociación, especialmente por parte de familiares de ancianos en residencias.
En cuanto al informe de Bioética publicado recientemente en el que se rechaza considerar la eutanasia como un derecho, Javier afirma que este comunicado “no es vinculante”, y que está construido “con muy poca argumentación”, además de encontrarlo “escorado a la derecha e influenciado por la religión, pues parte de la sacralidad de la vida y la dignidad ontológica, algo que está muy alejado del modo de pensar de la ciudadanía”. Advierte, además, de la trampa que supone el argumento de la compasión, ya que, considera, “la compasión impuesta es restricción de la libertad”.