Aunque el continente africano se asocia generalmente con climas cálidos y paisajes desérticos, posee una notable diversidad geográfica y climática.
África, hogar de montañas icónicas como el Monte Kilimanjaro en Tanzania y el Monte Kenia en Kenia, puede experimentar temperaturas que descienden hasta -20 °C en sus cumbres más elevadas.
Las nevadas son comunes en estas regiones montañosas, en marcado contraste con el calor abrasador de las vastas extensiones desérticas del continente.
Además de sus picos nevados, África cuenta con grandes lagos como el Lago Victoria y el Lago Tanganica, esenciales para la biodiversidad y el sustento de millones de personas.
Esta variación en el clima subraya la complejidad y riqueza del continente, que puede oscilar entre el calor extremo en los desiertos y el frío intenso en las montañas altas.
La aparición de nieve en África no solo es un fenómeno meteorológico raro, sino también un recordatorio de la asombrosa diversidad de paisajes y climas que ofrece el continente.
Desde montañas cubiertas de nieve hasta desiertos abrasadores, África presenta una variedad de entornos naturales que superan las expectativas y resaltan su singularidad en el mundo.
